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Meditación con Mataji Shaktiananda

16·10·2024

Concéntrate en el tono y en tu respiración.
Perdona hoy nuestros recursos,
pero es lo que tenemos.
Así que atiende tu respiro,
haz respiraciones profundas, conscientes,
sabiendo bien por qué respiras,
y si realmente quieres, te provoca, lo disfrutas,
y logras permanecer ahí en ti,
buscando serenidad, calma.

Practica fervientemente tu mirada interior.
Que te baste permanecer así,
con tus ojos cerrados, sin tensión,
y observando ese espacio,
que contienes y te contiene y que es tan de ti,
y, a la vez, de la nada.

Intenta con tu sutileza, con tu aliento,
con tu libertad, estar ahí,
produciendo poco a poco,
toda esa calidez que sientes de ti,
el bienestar que logras,
la aceptación que se te da,
desde lo que tu respiro es
y ante lo que eres.

¿Qué más eres?
¿Qué más quieres ser?
Respira para eso y obsérvate,
sabiendo que es más que una sensación,
expándete, haz que todo lo que te recorre,
sienta la vida, tu vida, que es la vida que Es,
mientras pasa la otra.

Que nada te llame,
nada te agite, te reclame ni te escandalice.
Céntrate en tu respiro, en tu conducto abierto
y en el Ser que eres.

Haz que uno a uno tus respiros te eleven,
te conduzcan, y reconozcan tu Ser.
Haz que tu respiro reconozca tu Ser,
así como haz que tu Ser,
reconozca uno a uno tus respiros,
y establezcas la comunión que Es,
con exactitud, con esta apacibilidad
que logras estando así, tan en ti.

¿De qué vienes?
¿Qué te está pasando?
¿Qué estás esperando?
¿Cuál es la circunstancia de hoy?
¿Existe inquietud o, al contrario,
hay tranquilidad?
¿Hay seguridad, certeza, o qué?
¿En qué está tu atención hoy?

Y es que produces tanto, ocurre tanto,
se mueve todo,  
y a veces sabes por qué y otras no.

Respira. Respira. Respira.

Ya este hecho, ejecutar este acto,
posarte así, atender la constante,
abrirte para eso, atender tu Ser,
respirar en sosiego y percibirte,
en todo sentido, más, desde tu mente.
Considerar lo que piensas
y lo que eso te hace sentir,
estimar tu sendero, ocuparte en eso,
es más que relatarte la vida,
contar contigo, narrarte el suceso,
contener el Ser.

Eso es la vida.
Así como la vives, como has querido,
en lo que tu encuentro ha sido,
las ganas que ya no se te quitan,
al contrario, crecen.

Y te vas satisfaciendo,
esto que parece un delirio.
Y te contentas y te entristeces,
y te preguntas y te respondes,
y te ilusionas, y te guardas en pedimentos,
y te entregas en atenciones,
y estás ahí, siendo tan tú, siendo tú.

Me elegiste y te acompaño.
Te elegí y me acompañas.
Esta es la vida y la estamos respirando.
Venimos de percibir tanto,
tanto cuido, tanta asistencia,
tanta bendición.
Y pensamos que se escapan,
se difuminan, se acaban, y no es cierto.
Todo habita en nuestra permanencia,
en nosotros mismos,
en lo alcanzado, lo logrado, lo sostenido.
Te lo aseguro.

También me pasa,
que extraño el sentimiento,
sabiendo que es lo único que existe.
Lo que se extraña es el sentimiento,
ni siquiera a la persona, es el sentir.
Y cuando se siente así, tal profusión,
tal intensidad, con tal cabalidad,
se cree, se piensa, que no existirá más.
Al contrario, siempre es más, siempre.

Siempre tendría que ser más.
Dirás, ¿cómo? ¿Desde dónde?
Desde donde siempre es,
desde ti, desde mí, porque confiamos,
porque lo hemos comprobado,
nadie nos contó.
Porque es una verdad ya dicha,
ya hecha, ya sentida, pronunciada desde el Ser.
Esas son las verdades:
lo que tu Ser pronuncia, lo que tu Ser es
y lo que tu Ser hace.
Eso es la verdad.

Tienes que contar con tu verdad, siéndola.
Percibe tu respiro, tan imperceptible,
tan seguro, a plenitud y en confianza.
¿Sabes lo que vale eso?
Valóralo.

Hoy haz tus respiros,
sintiendo igualmente a las Devis,
particularmente Lakshmi Devi.
Hoy atiende, hoy provee, hoy asiste.

Haz respiros bien profundos, bien sentidos.
Recuerda siempre agradecer.
Respira profundamente y agradece.
Te agradezco tanto.

Om Namaha Shivaya