Jamás quiebres tu compromiso con la luz

Meditación con Mataji Shaktiananda

03·05·2023

Atiende el respiro conscientemente.
Solamente eso, tu sutil y sereno respiro.
Llegando a la llenitud necesaria,
mantenerte en pleno respiro y vaciarte.

Hasta sentir que estás en ti,
hasta sentir tu compromiso contigo,
de saber estar contigo, de saber ser en ti
y la manera en que más sabes es, es respirando,
hasta que alcances quietud y cierta liviandad.
Que esa liviandad
esté en tu mente, sea en tu mente.
Nada que apremie, ninguna tensión,
hasta que logres convencerte
de lo comprometido, comprometida
que estás con tu Ser.
Que todo tu aliento es para eso.

¿Sabes de qué se trata comprometerse en luz?
Respira.

Es cuando un día cualquiera,
te encuentras por ahí,
contigo, con cualquiera y decides:
debo ser, quiero ser, soy luz.
Es cuando comienzas a extasiarte,
porque das encuentro,
a esa tu parte más hermosa,
más lumínica, más confiable,
más segura, más pura.

Vas aduciendo razones, vas creando afectos,
vas consiguiendo tus logros,
porque estás ahí, en esa parte de ti, luz.
Siéntete ahí, aunque aún te debatas, siéntete ahí.

Respira luz y que se dé encuentro con tu luz.
Es cuando empiezan a surgir,
a desbloquearse, a agrandarse,
todos esos circuitos
a los que atiendes con tu respiro en luz.

Tu respiro en luz.
Tu respiro en luz.
Tu respiro en luz.

¿Qué existe ahí, en esa parte de ti?
El más inmenso e infinito juego divino.
Y lo sabes y lo quieres así.
Y lo juegas así, consciente.
Todo tu respiro es para eso.

Luz.
Luz.
Luz.

Bajo el más sutil compromiso propio.
Luego de todo eso, de todo ese encuentro,
te provoca más, quieres más.
Es cuando te propones en compromiso:
Ser y hacer luz.
Ser y hacer luz.
Ser y hacer luz.

¿Cómo? Dirás.
Es cuando llegas a una fuerza interna,
conocida o desconocida y la calibras.
¿Para qué?
En principio para conocerte y conocerla
y te preguntes: ¿quién soy?
Y queda en latencia la interrogante
hasta que puedas tomar control
de tu compromiso.
Más si sabes cuánta luz eres.
Y respiras en dicha.

Es cuando eso que te provoca,
te lleva a ser lo que eres en verdad,
lo que es tu verdad.
Y vas así, ejerciendo tu Ser, siendo tu Ser.
Y vas en dicha.
Eso sí, lo que existe en luz es
 pulcritud, pureza, fuerza de amor,
poder de amar, corresponder, asistir, servir.

Y a medida que quieres y puedes más,
te pronuncias y es tu respiro quien te pronuncia.

Bendita fuerza.

Y te extiendes hasta todo lo que tus acciones son:
belleza, justicia, amor, compromiso en luz.
Eres divino.
Te lo digo en serio,
eres divino. Eres divino.
Siempre y cuando honres tu compromiso,
seas tu verdad y quieras ser luz.

Amado mío, amada mía:
Jamás quiebres tu compromiso con la luz.
Jamás rompas tu compromiso con la luz.
Jamás dejes de ser luz.

Escucha bien:
esta noche mirarás el cielo y dirás tu nombre,
comprendiendo el fin:
tu más exacto y perfecto compromiso con tu Ser.
Toda la luz.
Toda la luz.
Toda la luz.

Respira profundo acercándote nuevamente,
agradeciéndote profundamente
y estableciendo y restableciendo como siempre,
tu compromiso de ser y hacer luz.

Om Namaha Shivaya