Me brindo mi respiro y mi amor

Meditación con Mataji Shaktiananda

11·10·2023

Tu confianza en tu respiro,
en lo fluido, en lo constante,
en lo profundo y, en la intención,
 tu intención de respirar en un espacio así,
en un tiempo así.

Respirar por ti.
Y lo haces a gusto, consciente.
Más, cuando sabes la razón, sientes el propósito
y quieres tu introspección.
Tu respiro se acopla bajo esa intención
y no hay pesar, ni angustia, ni ansiedad, ni temor.
Solo esa serenidad que tu respiro consciente te brinda,
en correspondencia a lo que te brindas.

Si te observas brevemente, te revisas,
haces un repaso, una ejecución breve,
sabes bien que estás ahí,
 en quietud, en voluntad, a conciencia.

Aunque no lo creas,
lo primero que se activa es todo lo físico,
sabiendo que sostiene todo
y que debe responder a un comando,
igualmente activado, desde lo que tu mente es,
que ordena sutil y amorosamente,
esa acción de quietud, no tanto de rigor.

Es una posición, una postura,
que termina siendo una firmeza, una actitud,
una compostura, divina por lo demás,
en la que te sientas y asientas, desde todo lo que eres.
Aunque no lo parezca, es como una postración ante ti.
Una belleza.

De toda esa firmeza en calma,
es por lo que tu mente se va ajustando,
se encanta y responde.
Se va aquietando igual, reduce lo que le sobreviene,
que no son más que esos pensamientos
a veces tan rebeldes que quieren ocuparte.
Ocúpalos tú con lo que eres, con lo que quieres, en lo que estás.
Divino todo.
Y el respiro fluye en la confianza que Es.

Explora.
El respiro te ayuda en ese ímpetu tan propio,
de la voz que da el encuentro
y la entrega consciente de lo que eres.

Ya sabes que lo mejor es que no pase nada,
es la clave del éxtasis.
Que los respiros pasen uno tras otro,
silentes, imperceptibles, amables.

Te mantienes ahí
y se dan los pulsos aquietados,
se reducen los latidos, sosegados
y, sin sentirlo, todo vibra, vibras tú.
No haría falta que te diga que te siento, lo sabes bien.
Lo que vibra es lo que Es, de ti.
Es tu alcance, tu manifiesto, tu estado, tu Ser.

¿Qué te brindas?
¿Qué haces por ti?
¿Qué sientes por ti?
¿Qué quieres de ti?
¿Qué aceptas de ti?
¿Qué rechazas de ti?

¿Qué te brindas?
¿Confusión o claridad?
¿Complicación o resolución?
¿Actitud o desgano?
¿Atención o indiferencia?

¿Qué te brindas?
¿Mentira o verdad?

Respiras hasta que algo, más que alguien,
se manifiesta con una resolución alcanzada,
atendida, correspondida.

Y dice así:
Me brindo amor.
Me brindo amor.
Me brindo amor.

Es cuando podrías decir también:
Te brindo amor.
Te brindo amor.
Te brindo amor.

Y existiría más:
Brindo en el amor que todo Es.

Te brindas tu respiro, te brindas tu amor, brindas amor.

Respiras tan profundo,
con tal gratitud, con tal belleza
y te quedas ahí, confiando en ti,
en lo que sabes existe en ti y respiras eso,
ahora mismo que es a veces
tan pesado y tan difícil respirar.

Se respira tanto dolor, tanta polvora,
tanta negación, tanta división,
tanto odio, tanta violencia.

Respira más, confiando en ti,
en el amor que te brindas.

Respira siempre, respira más.
Respira.

Om Namaha Shivaya