Atiende tu respiro,
que lo único que te ocupe sea ese respirar,
de manera consciente.
Toma el aire que necesites,
de manera profunda, sosegada, sostenida
y, asimismo exhala, lo que creas no necesitar,
lo que sientas sobra.
Hazte consciente de lo que queda en tu interior,
lo que produce tu aliento,
todo ese respiro que contienes.
Hazte consciente de tu respiro,
de todos y cada uno de tus respiros,
hasta que alcances un ritmo sereno,
que te produzca tranquilidad, calma.
Aquietando así tu mente,
que, en momentos así, a veces suele inquietarse.
No lo permitas.
Haz que el respiro la convenza
de lo tanto que necesita de momentos así,
en los que te entregas a ti.
Y como quien no quiere, revísate.
¿Qué tanto estás aquí?
sostenido por lo que tu cuerpo es,
asistiéndote, haciendo presencia interna,
tratando, por lo menos,
de hacer algo hermoso por ti.
Algo que te complace
y que no es más que respirar así,
atendiendo tu interno, aquietando tu mente,
profundizando en tu interior, queriéndote.
¿Te quieres?
Respira para eso.
¿Sabrás cuánto te quieres?
Y dirás, ¿cómo puedo saberlo?
Te ayudo brevemente:
ya el hecho de que estés aquí,
dejándote querer por mí,
debería decirte algo de ti.
Pero habría más,
otros índices que podrías explorar para saberlo.
¿En qué condición? ¿Qué tan bien te sientes en ti?
¿Te gusta, apruebas, aceptas, lo que contienes?
Hasta donde crees conocerte
y eso, también te ayudaría a saber si te quieres.
El saber deducir, observar, intuir incluso,
lo que no te gusta de ti,
es saber quererte, más, si te brindas propuesta
y te haces propósitos contigo mismo,
de ceder, de cambiar, de transformarte.
Ahí irías queriéndote más,
con más disposición y valentía.
¿Te estás queriendo?
¿Estás pudiendo?
¿Lo estás necesitando?
Y si no te atreves a decir sí, respira más, más, más.
Porque ese querer respirar, es también quererte.
Y lo que te digo,
respirar así, consciente, presente.
Podrías decir, así, silenciosamente para ti:
quiero quererme, necesito quererme,
me estoy queriendo.
Sería como una íntima y humilde proclama,
a ese inmensurable Ser que eres
y que está atendiendo el hermosísimo llamado,
de lo que tu Ser es.
Y ya el respiro queda sostenido en eso
y, estás ahí, en presencia plena
de tu más profundo clamor,
a lo que tu conciencia es.
Observa tu calma,
tu íntimo regocijo, tu confianza.
Respira para decirte más,
ahora que puedo saber,
puedo aspirar y puedo esperar quererme más,
quiero más. Y haces bien.
Siempre, siempre, siempre, hay más.
Dirás, quiero el alcance, quiero el Ser,
quiero lo que amarme es.
Que te acompañe tu respiro,
el que sabes sostener.
¿Cómo sería? ¿En qué consiste el logro de amarse?
Respira tanto como sepas y puedas.
Y es que amarse, es saber y querer respirar así,
sobre un tiempo consentido
y un espacio consentido.
No sería más que tu propio espacio
en tu propio tiempo,
conjugándose en ti, en tu Ser infinito,
abierto y consciente.
Consiente amarte.
Ámate conscientemente.
No sería más que saberte
en esto que eres, en esto que sientes,
en el que no hay nada que buscar
ni nada que encontrar.
Eres lo que eres.
Eres la fórmula exacta del Ser consciente.
Eres la expresión perfecta del Ser que Es.
Eres el aliento divino de todo lo que Es.
Eres Eso.
Y si existes en la posibilidad
de saber quererte y de amarte más,
¿qué te faltaría?
Entiéndelo bien: nada.
Obsérvate bien ahora,
haz registro de lo que crees sentir,
haz registro de lo que sientes crees,
haz registro de lo que eres hoy, ahí, en ti.
Haz registro y exprésate en tu conciencia.
Eso es amarse, así como es amar, amar lo que Es,
sea lo que sea.
Retoma tu respiro, aún más consciente,
sabiendo lo que has hecho.
Y te has amado, con un hecho simple,
estar en ti, saber estar en ti,
querer estar en ti y amar eso.
Respira profundo, respira en paz,
respira ahora, presente como estás,
consciente como eres.
Haz que permanezca el registro
de lo que eres en ti y de lo que el amor es.
Estarás bien.
Respira profundo, agradeciendo el momento,
la gestión de tu voluntad y, lo que más:
la fuerza de tu amor.
Respira profundo
y atiende el momento aquí y ahora,
prepárate una vez más para asumir tu realidad,
tu presente, lo que eres hoy y lo que tu entorno es.
Hazte presente, respira.
Om Namaha Shivaya