No caigas en este mundo tambaleante

Meditación con Mataji Shaktiananda

17·05·2023

Atiende el respiro, que toda tu atención esté ahí,
haciendo del ejercicio vital, tu sostenimiento.
Sostén el respiro y que cada respiro te sostenga.
Establece esa relación, esa correspondencia
y mantenla presente con cada respiro.

¿Cómo es tu respiro?
Revísalo. Si te vales de un impulso,
que sale de adentro o de afuera.
Revisa cuánto quieres respirar, cuánto lo necesitas
y, si al fin y al cabo te gusta, disfruta.

Hazlo cada vez más imperceptible,
más íntimo, más llevado al interior.
Que tu cuerpo sepa que estás respirando
y tu mente también.
Y que guardas propósito.
Y, en principio es sostenerte.
Hay que sostenerse en este mundo tan tambaleante,
en el que tantos se caen.

Te visualizas, te aprecias,
estimas lo que haces y te conmueves también,
porque decidir experimentar esto, va por un logro.
Experimentas tu quietud,
tu serenidad, tu silencio,
lo que tus pensamientos son, tu pulso, tu latir,
tu respiro, tu bendito respiro.
El que te hace vivir, el que te deja vivir,
aunque no sepas lo que quieres.
Hay tantos que no saben lo que quieren.

Respira sin alterarte,
más bien pasa a un estado de quietud mayor,
desafiando así a tu mente,
para que se aquiete igual y te deje.
¿Crees que tu mente te deja?
Jamás.
¿Crees que tú la dejas?
Deberías creer que sí.
Respira con ese propósito.

En la medida en que me dejas, te dejo.
¿Qué le estarías pidiendo?
En principio que se calle,
que se estabilice, que no tema.
Que nunca como antes estás ahí
y que estás ahí, para no estar.
Y es que no estás. No estás.

¿Quién está entonces?
Y más te vale que le digas que nadie.
No inventes nada, ni te creas nadie.
De no ser así, es cuando tu mente
se cree que estás y entonces te ocupa.
Es mejor que crea que no hay nadie
y, que te lo creas tú.
Porque de ser nadie, abrirías toda posibilidad
de ser nada, de respirar nada, de sentir nada
y de que no pase nada,
así como que no te creas nada de esto.

Respira, porque no sería
para que desconozcas tu realidad,
al contrario, sepas la real, lo real,
la Nada que Es, Todo.
Es lo que te habita.

Dime, ¿cómo se podría temer a eso?
¿Qué te impediría amar eso?
¿Cómo no te atreverías a ser eso, si es lo que Es?
¿O es que te crees todo esto?
Y encima lo sufres y, algunas veces lo detestas
y otras tantas, te regocijas sin saber.

Es que, ¿qué habría que saber?
Que hay guerra,
que hay violencia, que peleamos por poder.
Que existe gente oscura, delatora, traicionera.
Que habitamos en tanta maldad
y existen muchos que cooperan
y que nada les importa,
más que sus oscuros deseos de ser y hacer ¿qué?
Lo que no Es.

Respira porque es ahí cuando te debes decir:
Quiero ser lo que Es.
Quiero sentir lo que Es.
Quiero hacer lo que debo hacer.
¿Qué será?
Acuérdate. Acuérdate. Acuérdate.
Luz.

Hazte en un respiro de luz.
¿Qué cómo sería?
Abriéndote, transluciendo, sin nada que ocultar,
sin nada que temer, tan solo siendo.
Al menos lo que crees quieres ser,
hasta que lo seas.

Atiende ese respiro libre,
confiado, alineado, justo, vivo.
Dime si no es amor eso.
¿Qué más sería?
Y te estás amando, te estás amando.

Divina criatura:
acuérdate siempre, no te olvides,
porque caerías en este mundo tambaleante,
tan falto de luz y de amor.

Respira y agradécete que estás aquí hoy,
que cada vez temes menos
porque eres más tu verdad.

Respira.

Om Namaha Shivaya