DEBES SANAR PARA SALIR DE ESTE SISTEMA

Meditación con Mataji Shaktiananda

21·09·2022

Respira incesantemente,
a un ritmo mayor que el normal.
Oxigénate y atiende bien cómo respiras.
Si sabes modularte, si te atreves
a solicitarte respiros conscientes, rítmicos,
que te hagan sentir en vida.

Observas si guardas agitación
o, por el contrario, existe reposo.
Si de verdad te puedes mantener así,
respirando tranquilamente,
sin solicitar nada,
sin atender pensamientos,
tan solo lograr un estado de quietud interna.
No te exijas, no combatas,
simplemente respira.

Quizás te cuestiones o te preguntes
¿Cuándo es que empiezo a meditar?
¿Existe algún arranque, algún aviso?
Y no deberías. Más bien, mantente así,
bajo tu propia atención.

Si me consideras,
tan solo unifica, unifícame a tu sentir
Igual, pensarás, ¿qué debo sentir?
Y lo que menos, el cuerpo.
Esa forma que te contiene
y que sabe ajustarse, que aprende
y que también quiere conseguir, lograr,
un estado quedo, tranquilo,
permitiendo que el organismo mismo,
haga sus recorridos y que escuche,
lo que tu silencio dice.

Cómo puedes captar, uno a uno,
tus movimientos internos y dejarlos andar,
reconociendo tu vitalidad, tu armonía, tu salud.

Y es esa palabra, salud,
la que podrías tomar hoy y respirártela.
No te disperses ni te vayas a eufemismo.
Salud.
¿Cómo crees podrías obtener salud?
En principio, sanando, sanando, sanando.

Si te convencieras de cuánto ayuda la respiración,
atendieras más.
Y vas así, pensando cómo sanar,
sintiendo cómo sanar,
gestionando cómo sanar.
Y debería ser como un dictamen,
como una petición, como una ley que impongas:
quiero sanar, quiero ser sano,
quiero contar con salud.
Quiero ser saludable.

Y es a través del respiro
que la mente escucha.
Es que todo empieza ahí.

¿Crees que tu respiro se pronuncia?
Haz un esfuerzo.
Haz un esfuerzo consciente, abierto, amable:
mi respiro me sana,
mi mente me escucha.

Te preguntarás igual, ¿de qué enfermé?
¿Cuáles son mis síntomas?
¿Qué tan insano soy?

Y es que recorres un planeta.
Y es que habitas un lugar.
Y es que contienes unos programas.
Y es que hay memoria celular.
Y es que decidiste vivir.

Dirás, igual,
¿es acaso vivir, una enfermedad?
Respira, porque somos un sistema,
que cada día empeora más y más.
Y, aunque no te parezca de gravedad, lo es.
Y la idea es que sigas respirando para salir.
Por eso debes sanar, lo que sea,
lo que creas, lo que sientas.
El punto es, ¿qué tan sano te sientes?
¿De cuánta salud gozas?

Dirás, ¿cómo lo sé?
Mide tus tensiones,
observa tus necesidades,
advierte tu ira,
reconoce el descontrol.
Reajusta y reordena tu Ser.


¿A qué?, dirás.
A lo que verdaderamente eres:
un extraordinario Ser, libre, sensitivo, amoroso,
solidario, consciente y dispuesto.
¿A qué? ¿A qué?
¿A qué estás dispuesto hoy?
Piénsalo.

Respira profundo, conciliando tus aires.
Toma de afuera, haz que te habite
y suelta todo aquello que no cabe.

Hazte presente, hazte consciente,
recuerda dónde estás, con quién y para qué.

Respira profundo.

Om Namaha Shivaya