¿Realmente
necesitamos Paz?

Ante lo que ves, lo que oyes, lo que sientes, te pregunto:
¿Realmente necesitamos Paz?
Y quisiera saber si, en cierta forma y medida,
te has convencido de eso: de sentir Paz.

Y, por lo que sé, no pareciera que hemos entendido bien de qué se trata.
Siempre existe alguna forma de propiciarte alguna inquietud,
malestar, confusión, deseo, desgano.
Y empiezas a restarte.
Y dime tú, cuando al final nos atrevemos a decirle a alguien
que ya dejó de estar, jamás de ser:
“Paz a sus restos”.
A sus restos… ¿y a sus sumas?
¿Y todo lo que supo sumarse?
Es ahí, es en eso que necesitaría más Paz.

Entonces, en este día a día, en el que apenas te levantas
y no sabes realmente si lo que quieres es contener Paz,
debes preguntarte, muy internamente,
¿Cómo me la procuro?

Y hay veces que la tienes de verdad, y sospechas de ti:
“Me siento demasiado bien, ¡algo pasa!”.
Y buscas entonces que algo o alguien te lleve, te incite,
a que esos estadios de Paz cesen.
Y te es tan fácil dejar de creer que ya desde alguna parte de ti
has ganado, has obtenido cierta Paz.

Y no digas igual que todos esos que la proclaman
haciéndose voz de ti, y ni siquiera saben cómo.

Vamos a hacer algo: créete un poco más cuánta paz contienes.
Que todo lo que estás haciendo es precisamente para ganar más.
Que nadie más que tú sabe cuánta necesitas.
Que las consignas, las campañas y todos esos planes
pueden ser tan solo una forma de distraerte.

De la Paz no se habla, solo se siente.
Y de allí que sea siempre tan noble cuando te atreves a decir “Déjenme en Paz”.
Porque es eso, desde alguna parte sabes que puedes estar ahí.
¿Vas comprendiendo?

Hazte entonces en tu Paz.
Mantente ahí.
No te desgastes en discursos.
Y espera con tranquilidad hasta que llegue ese momento
en el que todos tus restos y todas tus sumas estarán en Paz.

Om Namaha Shivaya

Mataji Shaktiananda

2 de mayo de 2014