Respira hasta estallar y ser Aquello

Meditación con Mataji Shaktiananda

12·06·2024

Respira en firme, respira constante,
respira conscientemente.
Céntrate ahí,
tan solo en tu respiración, aquietándote.
Que no tengas ninguna tensión física,
respira para ello y permite que tu cuerpo,
tras cada respiro, se aquiete, se calme
y te sostenga ahí, sin exigirte nada.

Revisa tu rostro, relajado, y observa
cómo ya logras entrar en calma,
cómo cada pensamiento, sin inhibirse, pasa.
Porque respiras para eso.

De lo que existe,
¿qué crees es lo que más te observa?
Más así, en este estado,
en el que te sostienes como en suspensión,
acallándote, percibiéndote.

¿Qué crees te observa?
¿Qué o quién está haciendo
registro consciente de esto?
¿Qué o quién te produce el estar así,
el querer estar así?
¿Desde qué parte de ti logras esto?

¿Qué existe en ti, donde sea, que se recrea en esto?
En hacer que tu mente se reconozca,
se estabilice, se calme.
Que tus sentidos se vuelquen hacia ti.
Que tu verbo se haga en silencio
y que tu cuerpo sostenga todo eso sin interferir.
Que puedas estar así, tan en ti, a voluntad,
con entusiasmo, con fuerza, con entendimiento
y, sobre todo, con tanto amor.
¿Qué puede llevarte a eso?

Y estás ahí, como si no estuvieras,
porque algo de ti ni siente,
se va sujetando a ese estado suspendido
en el que existe Aquello que produce esto,
que invoca a esa parte de ti, la clama
y, en tantas formas, la obtiene,
porque estás así, inmerso en ti.

¿Qué o quién crees produce esto?
¿Queriendo qué?

Observa tu quietud, observa cuánto logras,
cuánta serenidad, cuánto silencio.
Es como si no existiera nada más que tú en ti,
siendo quien eres, atendiendo tu Ser,
reforzando tu alma, adquiriendo tu estado,
entregándote.
 Y ya sabrías a quién y a qué:
a lo que sabes existe en ti,
lo que te permite ser, estar, sentir, amarte así.

Y el respiro es el conducto, es la vía,
es la vida, es tu aliento, es tu fuerza,
lo que te conecta a lo que la conciencia es.

Observa cómo te habita.
Percibe cómo esa conciencia está en ti,
lo que te produce, lo que te provoca,
lo que te brinda, lo que le das.

Y así permaneces, respirando en calma,
sabiendo todo, permitiéndote este instante
en que solo existe eso, en ti, por ti, para ti.

Tendrías que apreciar,
para que siempre participes de eso, desde ti.
Y es tan simple quedarte quieto,
respirar conscientemente, aceptar el momento,
confiar en ti, respetar tu espacio,
sentir el mundo y habitar tu conciencia.
Y ahí estás, ahí eres, ahí te juntas
con la conciencia que Es,
que es todo lo que existe.

Y te aportas a ti tal y como eres,
tal y como sientes, tal y como te amas.
Existes en conciencia,
habitas lo que Es, amas lo que quieres,
y eres el Ser y el Ser es en ti.
Y la fórmula se da y el principio matemático
da su resultado:
eres la Conciencia, el Uno mismo.

¿Qué más quieres fingir?
¿A quién quieres atacar?
¿Qué tanto deseas?
¿Cuánto más vas a engañar?
¿No te cansas de mentir?
¿Por qué recurres al dolor?
¿Cuánta infamia aceptarás?
Rescátate ya, acepta tu verdad.
y no permitas que nadie te desame, menos tú.

Hazte consciente, hazte presente.
Respira a profundidad,
establece la valía de este momento,
y no te conformes nunca,
sigue respirando hasta que sepas estallar
y te desatomices, y pierdas la materia,
y te obtengas más allá, en Aquello,
en Eso que Es.

Depura tu Ser, hazte cada vez más sutil,
ve abandonando todo esto
y opta por lo que Es.
Ten fe en ti, ármate de confianza
y ámate cada vez más, más, siempre más.

Respira en bien, respira aquí,
respira profundo y agradece a tu Ser,
que se atreve a tanto.

Om Namaha Shivaya