TE JUEGAS LA VIDA PARA GANAR EN LUZ

Meditación con Mataji Shaktiananda

12·07·2023

Hazte presente respirando,
donde quiera que estés.
Haz que tus respiros sean conscientes,
pausados y profundos,
dándote cuenta de quién eres y dónde estás.
Respira para que dejes,
para que pierdas noción de eso.


Despersonalízate, deja de ser quién eres
y percíbete en algún lugar interno.
Haz que tu lugar, tu espacio, quede en tu interno
y desde ahí, respira más, más consciente.

No es que se pierda razón
o sentido de uno mismo.
Siente cuántas razones tienes para ser.
Piensa cuánto sentido tiene que seas en ti.

Y no es que pierdas y te pierdas en eso,
pero es que tantas veces has desafiado a tu Ser,
exigiéndole razones,
dándole, argumentándole sentido
y todo termina siendo inútil, tan inútil.
Así que mantente ahí, sujeto a nada,
sin permitir que pensamiento alguno
se haga espacio. Tu espacio, es tu respiro.
Así que evalúa
que tan conscientemente lo realizas
para permitirte más.

Ser ese manifiesto que tu Ser es, ¿de qué?
Y en principio, de luz.

Dirás, ¿cómo siento? ¿Cómo experimento?
¿Cómo preciso? ¿Cómo me creo en luz?

Tendrías que afinarte,
en lo que la vibración de la luz es.
¿Cómo? ¿Cómo se vibra aquí en luz?
¿Cómo vibra aquí la luz?

Y tendrías que saber dónde estás,
Planeta, espacio, entorno,
en los que te puedas expresar.
¿Cómo? Realizando acciones ¿Cuáles?
Y hasta donde sé, tendrían que ser
las que exponen lo que el bien es.

Dirás, igual, ¿cuál bien?
En principio, el que te propongas ser,
fundamentado en lo que conoces,
en lo que sabes, la Ley es.
¿Cuál Ley? La que te rige, la que te creó:
la Ley del Amor.

¿La conoces? ¿La percibes? ¿La aceptas?
¿La estableces? ¿La ejecutas?

Respira, porque tienes todo para hacerlo,
más, cuando cobras un poco de conciencia
y empiezas a creer en ti,así como en el otro,
así como en Aquello y en todo lo que Es.

Y vas creando lo que la Ley es en ti.
Y respondes a lo que la Ley es en ti.
Y te expresas en Ley, amas.

Volverás a preguntarte,
¿es aquí, en estos espacios,
en los que sabemos y podemos,
darle curso a lo que hemos sido, somos y seremos?
Y te vas acordando, más para bien.
Y empiezas a hacer lo que sabes y quieres,
lo que te provoca, al creer en tu amor.
Y estableces compromisos,
alianzas, acuerdos de luz
y activas todo propósito en esta Tierra,
en este tiempo, en este tu Ser y te abocas,
con lo que podría ser Fe,
que sería lo mismo que amar.

Y, de quererlo, empiezas, avanzas,
hacia ti con amor.
Vas elaborando, vas configurando,
estableciendo, restableciendo,
lo que todo tu Ser es.
Y, de poder, te vas alcanzando,
sutil, amorosamente.

Dirás, ¿cómo así? ¿Cómo aquí?
Y es que te reservas para lo que eres en ti
y no es que lo demás no importe, no te compete.

Es cuando sabes que el plan,
el propósito, es propio.
Y te alientas, confías, en lo que sabes Es y eres.

Respira por eso, si es que lo sientes.
Respira para ti, sé que lo quieres
y lo que puede ser mejor, lo necesitas.
Porque eso sería lo único en realidad,
que necesitamos.

Respira. Respira. Respira.
Porque, aunque no lo creas, es el único mecanismo
que te mantiene a salvo de todo y más, de ti.

Más, si por un exceso o una falta de confianza,
te confundes, te restas, te niegas y caes,
tras el inevitable riesgo
de desconocer, desconocerte.

Respira y suspéndete ahí, permanece ahí,
en el peso o la liviandad
de lo que tu conciencia es.
Dirás, ¿cómo defino eso?
Y es cuando el silencio de tu respiro
y tu respiro en silencio, te hacen.
Percíbete. Percíbete. Percíbete.

Presientes una quietud, una serenidad,
un estado, tu estado de conciencia,
el que te define, el que te proyecta,
el que te permite.
No hay respiro, no hay nada, no hay sujeto,
no hay expresión, no hay sentir.

Existes en el Ser.
¿Qué quedaría entonces aquí?
Y debería ser: nada.

Magna plenitud,
silencio perfecto, constante activa.

Y te juegas la vida y que sea para ganar, en luz,
hacer el bien, ser el bien,
considerar, estimar, respetar, amar.

Respira profundo, tan profundo como puedas,

hasta que vuelvas a estar presente,
vuelvas a sentir, vuelvas a estar
y te aliente el propósito, el único,
el de querer ser lo que eres.

Respira y agradécete.
Si te es posible, siéntete bendito y, si no,
¿qué te puedo decir? Mejor te dices tú.
Porque si te digo, ni me oyes.

Restablece contacto con tu espacio,
con tu presente aquí y ahora,
muéstrate en gratitud,
en eterna gratitud con tu Ser.


Om Namaha Shivaya