Haz de tu plan supremo una verdad

Meditación con Mataji Shaktiananda

12·04·2023

Respira profundamente, de manera completa,
así como natural y sosegadamente.
Abandonando toda molestia, todo cansancio,
cualquier mal registro de lo que tu día fue.

Haz completa revisión
de tu actitud en este momento,
en el que defines algo, en el que te define algo,
estar en ti, contigo.
¿Qué tanto quieres?
¿Qué tanto puedes estar así?
¿Qué tanto lo necesitas?
Así que respira confiando en una real
y oportuna necesidad de saber permanecer en ti.
La forma más sutil, más completa, es respirando.

Así, estás haciendo el mejor registro,
de tu estado del Ser.
Y no es para que te evalúes,
sino para que cada vez más,
aprendas a ajustarte, hacia lo que en verdad eres:
un Ser completo, plácido.
Deberías confiar en que es así.
Así que respira confiando.
Que cada vez sea más y más y más.

Debe satisfacerte, el que sepas y puedas
coincidir así contigo mismo.
Y puedas considerar
cómo introspectar, cómo conocerte.
Así como revisar todo lo que sientes,
lo que aspiras, lo que has obtenido
y por sobre todo, agradecer.

Por eso es que sigues,
persistes y atiendes bien tu estado del Ser.
Ya has sabido elaborar plan,
establecer propósito y saber coincidir,
dentro de tu estado, con tantos otros,
igualmente de ti, que están en ti,
que permanecen en ti, que son de ti.

Eso debería llevarte a querer respirar también,
hasta llegar a ese estado imperceptible,
en el que respiras tan sutil, tan abierto.
Y es cuando es tu Ser quien respira.
Desde aquí, desde donde estás,
sabiendo quién eres y por qué haces esto,
buscando cada vez más, estados nuevos,
estados más elevados,
aquellos que existen en la conciencia.

Respirando sutilmente,
vas considerando, vas estimándote.
Es cuando el reconocimiento se hace, se percibe,
ya casi sin sentir nada.
Es como alcanzas
ese estado de conciencia elevado,
el que no pronuncia nada.

No es cuestión de que entiendas algo, caviles.
Más bien, es un estado de disolución,
que se te hace constante
y cada vez más fácil de alcanzar,
cuando te dedicas a esto, a ti.
Disuelves temor, disuelves angustia,
disuelves deseos, disuelves pesar.
Y tu respiración persiste,
porque sabe que debe hacerlo.

Aunque te parezca
que cada vez existe más distancia
hacia todo aquello que ya no reconoces de ti,
haz que sea el mejor alimento
de tu elevado propósito,
de establecer cada vez
más cercanía con la consciencia que eres.

Dirás, ¿cuántas conciencias existen?
Infinitas.
Pero ocurre que, entre ellas, coinciden.
Y, aunque no lo creas,
se trata de un evento maravilloso.
Es que pasa, que se reconocen,
se asemejan, se intuyen
y se comprometen a persistir, a existir,
para hacer de ese plan supremo, una verdad.

Es por eso que encuentras afinidad,
resonancia, memoria, con seres como tú,
que aguardan, que te aguardan y te guardan.
Es cuando la conciencia persiste en ser.
¿En ser qué?
Lo que es: infinita luz, infinito amor.
No hay más propósito en la conciencia.

Así que sé parte, sé eso.
Ya sabes lograrlo y es eso lo maravilloso.
Tu respiro, tu estado, tu propósito, tu alcance.
Y, lo más maravilloso,
estás presente para todo eso.

Respira profundo, retoma este instante
 en el que estás, en el que eres.

Guárdate en la conciencia que eres.
No son tiempos para alardes.
No son tiempos para debilitarte.
Ya ves todo lo que pasa.
Pero tú ya sabes,
que siempre hay que saber Ser.

Hazte propósito.
Respira profundo y agradécete.

Om Namaha Shivaya