Quien respira por costumbre, vive por costumbre

Meditación con Mataji Shaktiananda

01·02·2023

Eso de respirar por costumbre,
tarde o temprano
te lleva a vivir por costumbre.
Así que respira de manera profunda,
pausada y consciente, como acostumbras,
pero esta vez, haz de esa costumbre un ritual,
en el que tu alma se presta, se ofrenda,
hacia el culto más justo y preciado:
alimentar tu Ser.

No deberías temerle a formas, palabras
y costumbres así,
porque ya no serían costumbres.
Así que respira con aliento nuevo,
desde una sensación nueva,
desde una actitud consciente
y desde una nueva manera de querer respirar.

¿Podrías creer que has hecho
de la meditación una costumbre?
Y no podrías ni deberías.
Más bien,
tienes que reflejar en cada uno de estos actos,
tu más absoluta convicción,
de que solo así, meditando en ti, por ti,
puedes deshacer, desaprender y desacostumbrarte.

Desacostumbrarte a lo que esta vida te lleva.
Casi que acostumbrarte a todo.
Respira para que eso no sea posible.
Respira para que hagas lo imposible,
y así, sostener voluntad,
para considerar tu propuesta del Ser.

¿Cuánto has avanzado?
¿Con cuánto te has dado?
¿Con cuanta capacidad cuentas hoy,
para referirte en bien, para actuar en bien,
para hacer el bien?
Aunque no sea costumbre.

Es así, la vas a hacer eso.
Y que puedas desde ti,
tener la más pura fuerza para actuar,
en un mundo que solo pide eso:
tu más autentica y oportuna acción.

Acuérdate que respiras,
ya no por costumbre, ahora más consciente,
sabiendo lo que cada respiración produce.
¡Y produce tanto!

Continúa allí.
Respira sin temor.
Respira en silencio.
Contémplate así.
 Y te vas quedando y te vas instalando,
en medio de tu propio éxtasis.

Te preguntarás ¿qué es?
Y aunque el vocablo pudiera sugestionarte,
más bien se trata de una forma de quietud,
que nunca ha podido precisarse,
porque, como todo,
tiene como una ambivalencia,
entre lo que te produce y lo que es en realidad.

Lo más importante
es que responde a un objeto específico,
aunque seas tú.
Estás ahí, respirando firme,
consciente, en silencio.

Tienes que proponerte mantener una fuerza
que no se pliegue a todas estas costumbres,
sabiendo ya, que respiras por fe,
por confianza, por asistirte,
por no rendirte, por amarte.

Ni aunque se trate
del más sublime mecanismo humano,
de la más elaborada forma
de conexión con tu Ser,
no es costumbre, es la más dulce necesidad.

Experimenta bien cómo estás respirando.
¿Qué forma nueva has concebido para ti?
Para darte este soporte dentro de la zona
en la que hoy, hay tanta confusión.

Observa cómo respiras.
Y me provoca decirte,
que ante esa alarma,
-una más de nuestras costumbres-,
en la que pretenden informarnos
de una desaceleración, de una inconstancia,
de una recesión, incluso, de una detención,
no existe peligro alguno,
para quienes decidieron ya,
rotar a su ritmo, el que les otorgó su encuentro.
No existe caos, ni angustia,
ni falsas determinantes.

Hemos depredado de tal forma nuestro Universo.
Porque no creas que solo se trata
de un daño o desgaste, elemental, físico.
Hay más, de Aquello intangible,
insustancial, etéreo.

Y es ahí, cuando desde tu más firme convencimiento,
aceptas, aceptas, aceptas,
que no existe costumbre hoy, que te atrape,
que te inhiba, que te tiente.

Estás sobre la transformación.
Eso amerita toda esta atención,
toda esta atracción.
Todo esto.

Así que respira,
cada vez menos por costumbre
y, cada vez más, por tu infinita necesidad
de saber ser.

Amado Ser,
infinitas fuerzas,
continúa en tu constante.
Respira por fe en ti.
Que no existan hoy,
costumbres que te atrapen

Om Namaha Shivaya