Mantente respirando con serenidad, a tu manera,
atendiendo bien cuando quieres respirar,
cómo logras esa secuencia, que te llena y te vacía.
Cuánto puedes ensanchar tu pecho,
cuánto te alcanza, cuánto necesitas
y cuánto eres capaz de vaciar.
Con cuánto te quedas
y, finalmente, lo que te llena.
Y respiras, profunda y serenamente.
Te pregunto, ¿dónde estás?
Y dirás, en mi casa, en mi zona, en mi localidad,
en mi país, en mi tierra, lejos, cerca.
Y Te pregunto, ¿dónde estás?
Y sería bueno que te ubiques en ti.
Respira en ti, respírate a ti.
Y estás ahí, sin contarte nada, diciéndote poco,
simplemente respirando, alcanzándote.
Dirás, ¿qué debo alcanzar de mí?
Otro estado de tu Ser,
que necesita tanto tu respiro consciente,
tu sana forma de interiorizar,
de aceptar lo que eres.
Respira eso.
No deberías generarte ansiedad al decirte
¿en cuánto tiempo logro eso?
Tiempo, ¿cuál?
Espacio, ¿dónde?
Respiras y te mantienes,
haciendo que tus pensamientos concilien
con tu silencio expresado,
requerido, sostenido, logrado.
Estableces quietud,
inamovilidad y el respiro te alcanza,
mientras alcanzas el respiro que es,
ese imperceptible, mínimo, vital,
en el que te encuentras situado en ti,
respetuoso, amoroso, consciente, vivo y activo,
sujeto a tu sustancia, manifiesto en tu código,
creando y recreando tu vida, ésta, hoy.
Te preguntaría ¿qué requieres para vivir?
¿Qué crees necesitar?
Y lo que más: estar consciente.
Que ni vengan ni que vuelvan recuerdos amargos,
actos desdichados, desconsideraciones.
Que lo que obtengas hoy,
sea la fuerza de tu aliento vivo,
atendiendo tu Ser, confiando en ti,
revitalizándote día a día.
Experimenta el estado de lo que tu conciencia es,
en la que logras habitarte,
liberando toda tensión,
todo temor, toda angustia.
Te cuesta creer
en tu capacidad de experimentar eso.
No recuerdas nada, no piensas nada,
no anhelas nada, no reclamas nada,
no esperas nada. No estás.
Siendo más, sintiéndote más
y ni siquiera lo que sientes, es.
Es nada.
Respira profundo ahora,
a sabiendas que el esfuerzo se hizo,
las ganas no faltan, la voluntad existe,
el compromiso es inmenso
y tu valor, incuantificable.
Y que ahora estás ahí, aquí y estamos juntos,
sobre encuentros posibles, en bendición eterna.
Agradece.
Respira agradeciendo.
Om Namaha Shivaya