Nunca más te pierdas de ti

Meditación con Mataji Shaktiananda

01·06·2022

Hazte saber que estás ahí,
de la forma en que puedas.
La más óptima sería que, tras cada respiro,
 sepas percibirte en lo que te produce sentirte así,
saberte así, estar ahí.

En estos tiempos, hay que saber estar,
saber adaptarte, saber acercarte,
así como distanciarte.
Y, si algo necesitas, es saber de ti,
así que respira, porque es la única forma
en que podrías saber más de ti.

Respira profundo, atendiendo cada respiro.
Que no se te pase ninguno.
Cada respiro es tan valioso,
más en un momento así,
en el que determinaste saber más de ti.

Calma cualquier agitación,
cualquier sobresalto mental,
acalla todo con tu respiro.

¿Estás ahí?
Que responda tu respiro, nada más.

Siempre te preguntarás,
¿para qué me sirve respirar así,
estar así, percibirme así?
¿Para qué me sirve?
En principio es porque te sirves a ti.
Y, porque sería la forma más noble,
más sustancial, más elevada, de darte encuentro.

Te preguntarás igual,
¿a qué o a quién debo dar encuentro?
¿Qué debería encontrar?
Y no te llenes de expectativas,
mucho menos de deseos,
no te desgastes en peticiones,
mantén simplemente una intención:
Ser en ti.
Ser en ti.
Ser en ti.

Que te abrace esa intención
 asimismo, abraza esa intención,
de buscar nada, de encontrar todo.

El respiro se sosiega, se suspende
y lo mínimo abarca, te abarca.
Y se da breve o prolongado, ese encuentro.

Se diluye la intención tras el logro
 y quedas sujeto a nada.
Se borran las inmensidades,
y tu respiro no teme, de tan breve,
de tan íntimo, de tan valiente.

¿Qué se encuentra?
¿A quién se encuentra?
Y si ni los pensamientos quedan,
las ideas se disipan,
los sentimientos se amplifican,
las sensaciones cesan
y estás ahí, estás ahí, estás ahí,
en ninguna parte, con nadie, sin miedo.
¡Dime si no es eso un encuentro!
Y está en ti.

¿Para qué sería?
Para que nunca más, te pierdas de ti,
pierdas en ti, pierdas.
Al contrario, valórate mucho, todo,
sin soberbia, sin alarde, en silencio.


Son tiempos de silencio
para quien se ha encontrado.
Perdona el mío.
Perdona.
No encuentro palabras.

Respira profundamente y haz que estás.
Hay que estar, siendo lo que se es,
básicamente nada, que no nadie, más bien, todo.
Todo lo que es, todo lo que eres. Todo.

Respira profundo
y establécete nuevamente aquí y ahora,
cada vez más en ti, con más encuentro.
Agradécete.

Om Namaha Shivaya