¿Guardas algún enigma, incertidumbre, exagerada o tímida suposición
sobre lo que ocurre y, por ende, sobre lo que pasará?
No se trata de que estés sobre toda o cualquier información
que exista hoy en este mundo, acerca de lo que se produce,
se planea, se decide y se activa como parte de toda esta inconsciencia.
Quizá tú, quien hoy escucha y, por alguna razón,
preserva alguna esperanza, alguna ilusión,
que no le permite percibir la realidad, la realidad, la realidad.
Quizá tratando, asimismo, de filosofar como vicio mental
para disuadir todo lo que se ve,
todo lo que se siente y resiente como acción humana,
que resulta tan -y ya no se podría decir inmoral-
porque ¿qué es la moral? Tampoco antiético.
¿Quién rescata hoy algún valor que contenga,
que guarde pauta con la Ley?
Más bien, todo se ha disociado, ensombrecido, distorsionado,
convenientemente manejado y manipulado
para que ni siquiera sepas qué realidad es.
Porque, ¿cómo se crea y quién hace, la realidad que es?
¿Cuál realidad es real? ¿Para quién?
Es así como cada uno ha creado su propia realidad.
Y argumenta, defiende, sostiene, exhibe
lo que ha creado y creído es realidad.
Tienes que respirar, tienes que pensar,
tienes que discernir, tienes que actuar.
Sobre todo, pidiéndote que esa, tu realidad, sea exacta.
Porque no se trata de decir si buena o mala, ni siquiera justa.
Todo se ha desplazado.
Dirás, ¿qué o quién me referencia lo que exacto es?
Medita, conéctate, contáctate.
Sal de aquí.
Interioriza lo más hermoso, lo más exacto, lo más perfecto.
Permanece en ti, seas quien seas.
Así hayas transgredido, dislocado,
condicionado alguna buena parte de ti.
Existe lo íntegro, lo puro, lo divino.
Y, en cierta forma, te has arriesgado a sostenerlo aquí.
¿Por qué despreciar esa oportunidad?
¿Por qué ignorarte y plegarte, a tanta inconsciencia?
No estamos aquí reclamando nada.
Ni en juicio ni en crítica.
Más bien, exhortando a tu piedad.
¿Conoces tu piedad?
¿Cómo se siente? ¿La has experimentado?
Sin definirla, verbalizarla, ¿sabrás de lo que se trata?
Piedad.
Y mucho consiste en frenar el desenfado, la burla, el desajuste,
y toda esa gama de antivalores que hoy ves
en promoción, en venta.
Respira y anímate.
Nuestro espacio, nuestro Ser, nuestro tiempo,
nuestro juego, necesita constancia y fuerza.
Todo lo que el buen ánimo da.
Om Namaha Shivaya