RENUEVA CONCIENCIA MADRE

Meditación con Mataji Shaktiananda

14·10·2020

Reconoce tu respiro y prodúcelo.
Haz que cada respiro te lleve a sentir tranquilidad, estabilidad, reposo, encuentro propio. Observa cada respiro, que no se te escape ni uno, de manera que sean conscientes, agradables y te hagan sentir bien, en ti. Asimismo, te lleven a sentir gratitud por saber y querer respirar, sin temor, sin agotamiento.
Ahí te mantienes, sin mayor exigencia, hasta que se pierdan en ti.

Que, en cierta forma, esa manera de perderse, sea para encontrarte.
Disfruta esa quietud, esa entrega, ese silencio, esa paz.
No te preguntes nada, ni siquiera ¿de dónde viene tanto?
Que resulta siendo nada, pero es precisamente eso lo que encuentras.
¿Te crees o no que eres tú? Todo eso eres tú.

Un instante ciego, mudo, profundo y sustancialmente eterno. Acaso pensarás ¿dónde me fui? ¿Dónde estoy? ¿Qué hice de mí? Eres también eso. Un instante fijo, que controla todas las dinámicas, más, las internas. Que van creyendo en este buscado y mágico momento en el que te encuentras.

¿Crees en tu encuentro? ¿Te lo crees? ¿Te sorprende? ¿Te emociona?

Y hasta eso debes calmar y, generar un contacto absolutamente neutro, en el que no arriesgues ni pensamiento, ni emoción, ni exaltación y
menos duda o temor.
Dirás ¿cómo puedo prolongar esta forma de habitarme? ¿Cómo extiendo este instante? ¿Cómo me lo creo?

Ahora sí, respira.
Respira este instante en el que estás creando la estabilidad, la verticalidad de tu conciencia.
En el que te estás ofreciendo desde tu más íntimo interno, ese Ser que eres.
En el que confías, al que amas y al que has decidido también habitarlo así, extendiéndote.

Respira expandiendo, proyectándote y reconociendo desde cuándo habitas así, aquí, respirando por ti, sabiendo que, a la vez, existe Aquello que respira en ti, tal y como, cuando viniste, pasó. Recrea eso.

Respirabas a través de alguien.
Ese alguien respiraba para ti y, a su vez, existía algo, que le insuflaba a ese Ser,
tu respiro, siendo de Él. Respira esa bendición, respira esa decisión, respira esa ocasión, hasta aquí, hasta tu presencia.

Renueva amparo.
Renueva Conciencia Madre.

Hazte en ese gozo, el de todo principio.
No existe nada más, no eres nada más.
Eres todo.

Retoma tu respiro profundo, más consciente, más presente, restablece la atención.
Agradece tu momento, tu instante. Atiéndete ahora. Comienza a sentirte, comprométete a sostener tu logro y, por encima de todo, agradécete tan profunda y hermosa disposición de ahondar de llegar, hasta tus más profundos espacios.

Respira profundo, consciente, presente.

Om Namaha Shivaya