Sigue respirando profunda y conscientemente, es decir,
sabiendo exactamente por qué y
para qué respiras.
Y lo que podría ser más importante, querer respirar.
Sé consciente de cada respiro y verás como poco a poco, vas creando dentro de ti, ese espacio que no existe en ningún lado, más que en ti.
Ni siquiera se trata de un espacio físico.
Es donde habita tu sustancia,
sin forma, sin peso.
Consciente de eso, respira,
haciendo que cada respiro disuelva pensamientos, todos y cada uno,
por muchos que sean, transfórmalos.
Haz que parezcan algo así como sutiles nubes, sumisas, ante tus vientos internos.
Ve despejándote hasta lograr eso: una mente despejada, centrada, consciente de lo que está haciendo y de lo que quiere hacer: tranquilizarse. Sentir ese despegue consciente sin alteración, sin ninguna premura, más que permanecer ahí, en lo que todavía queda como vida, existencia. Brevemente observa tu respiración, qué tan serena y, tu mente, qué tan aquietada. Respira confiando.
¿Sabes lo que existe?
¿Sabes lo que Es? Respira.
¿Ya lo has intuido?
¿Ya te has reservado en alguna certeza? Respira.
No se trata de que te hayas desengañado ¿a quién responsabilizarías por eso?
Pero sí podrías sentir cuánto has desprogramado en ti,
en lo que has dejado de creer y en lo que crees. Sabiendo igual, que no se trata de eso.
Dirás ¿entonces de qué? Respira
Porque de lo que estamos hablando, es de la necesidad mayor,
aunque todavía no entiendas bien, en lo que ha convertido el hombre, el verbo creer. Porque pareciera solo eso, un verbo más.
Respira creyendo al menos, en tu aliento.
Aunque no lo creas, es casi lo más maravilloso que sostienes en ti.
Dirás igual, ¿por qué necesito creer? ¿De dónde surge esa necesidad?
Y existe quien se niega tanto, se inhibe tanto, se lamenta.
Es que también de eso se trata.
¿Tienes alguna idea de todo lo que hemos creído?
Respira.Y es de lo que hemos vivido, de creer y creer y creer…Respira.
Que, si me preguntas, a veces ni provoca. Forma tanta parte de nuestro dolor.
Y como buenas heridas, tardan.
Respira porque es lo que alivia, es lo que sana, es lo que diluye, es lo que forma y es lo que te transforma. Más, en este mundo de tanta mentira, de tanto vacío, de tanta necedad.
Alguien dijo un día: “paren al mundo, que me quiero bajar”
Y lo logró, el mundo se detuvo. Y él se bajó. Eso sí, después de tanto.
Por eso respira, porque es lo que quieres, todavía.
Y aunque pareciera que han querido detener al mundo, a ti no.
Eso ocurrirá cuando tú así lo quieras.
Respira profundo.
Respira queriendo, en este mundo todavía medio parado, tú sigues de pie.
Tú estás de pie, sosteniéndote, amándote, sanándote, recordando, para a la vez, olvidar, sin olvidarte de creer en ti.
Siempre.
Respira profundo y ve retornando a tu espacio-tiempo, a tu aquí y ahora en esta aparente permanencia. Hoy sabes más, hoy eres más.Respira.
Om Namaha Shivaya