La sublime expresión que eres del Ser

MEDITACIÓN CON MATAJI SHAKTIANANDA

Respira conscientemente, es decir, sabiendo que estás respirando. Y respira como te provoque, sintiendo tu estado, tu capacidad, tu tranquilidad o tu inquietud. Que cada respiro te estabilice más y puedas obtener respiraciones armónicas, sosegadas, que te permitan sentirte ahí, estar ahí y saber permanecer ahí.

Que en principio sientas cierta plenitud y que sepas agradecerte la intención, la voluntad y la acción de estar ahí, respirando para ti, recobrando un espacio real, que no está demarcado ni por el sitio donde estás ni por nada que percibas a tu alrededor.

Te sabes y te sientes en tu espacio,
lo respiras, lo disfrutas y te contemplas ahí, haciendo una breve visualización de ti, sosteniéndote en la idea de ti,
que eres en ti.
Y te vas observando.
Haz que tu visualización sea sublime, tu particular figura,
tu sutil aliento,
tu pequeño o gran esfuerzo,
tu profunda voluntad,
tu entrañable presencia.
Todo eso está en ti,
en este instante.

Vas aminorando tu respiración, mucho más serena, mucho más profunda, casi imperceptible.

No buscas nada y no encuentras nada.
Líbrate de pedir algo o
de enfocarte en alguien,
de resentir alguna cosa y
mucho menos un reclamo.

Mantente ahí.

No te muestres nada,
ni apeles a ninguna memoria.
Restringe visiones, reduce todo sentido. Si algo se manifiesta, que sea el Ser.
Y dirás, apurando un poco el momento:
Si es, ¿cómo lo reconozco?
Si es, ¿cómo lo siento?
Si es, ¿cómo lo percibo?
Si es, ¿cómo lo contengo?

Respira.

Que lo que ya existe,
desde que sabes eres,
es el Ser en ti.

Ahora bien, ¿cómo lo manifiestas?
Y es ahí, cuando, cómo y
dónde tienes que saberte.
Así como reconocerte, en la sublime expresión, que eres del Ser.
¿Cómo es entonces,
que no te atreves a manifestarte?

Respira.

Porque, ¿qué sería manifestarte?
Así como preguntarás, ¿qué tan fácil o qué tan difícil podría ser?
Y fácil no es, pero que eso no te desaliente, al contrario.
Que te propongas más bien,
un hermoso desafío:
Quiero ser, el Ser manifestado.
Quiero que mi manifestación, sea Él.
Y seguro podrás.

Respira.

Seguimos aquí, nos toca seguir aquí, desde el manifiesto que eres,
Ojalá cada vez te atrevas más y que recuerdes bien tu amoroso desafío:
ser ese pronunciamiento, ese manifiesto, esa concreción del Ser, tu Ser.

Así que respira, alentándote, manteniéndote, prometiéndote ser la mejor idea que tienes de ti. Respira tan profundamente como puedas y quieras, agradeciéndote este momento en ti.

Respira reconociendo tu entorno y la situación que es, esta ominosa realidad, que sabrás transformar para ti.

Respira
Respira
Respira
Om Namaha Shivaya!