TU REALIDAD

ES PERFECTA Y ABIERTA

MEDITACIÓN CON MATAJI SHAKTIANANDA

Shakti Ma guía sutilmente esta meditación, para que -a través de la respiración consciente y el contacto interno- logremos entrar en un estado de sosiego y calma que nos permita generar una conexión profunda con nuestro Ser.  Sin caer en las fórmulas menores reducen el acto de meditar a eliminar la ansiedad o el estrés, la Madre va más allá, mostrando que  la real disposición interna que debemos sostener al meditar es liberar nuestro temor y abrirnos a la verdad de amor que nuestro Ser contiene.

Encuentra una respiración que se ajuste, que te agrade, que te mantenga sujeto-sujeta a lo que tu Ser, es.

Recuerda que eres un sistema tan perfecto y que solo ahí, respirando, estás también contigo. Ni siquiera sería para que te aislaras, al contrario, sutilmente atiende dónde estás, cómo es que estás aquí, en este planeta, en esta forma, en este tiempo.

Respira eso para que puedas prodigarte un estado, tu estado, desde lo que tu conciencia es. Hazlo de manera consciente, habilitando tu sistema, habilitando tu mente.

Haz que sea tu respiración la que en cierta forma comande.

Hazte de tu ritmo, tu profundidad, tu intensidad y respira libre. Respira libre.

Porque dime qué puede atentar, restar, disentir, de lo que así buscas: crear un estado de libertad, en el que solo exista tu conciencia.

Respira.

Respira porque el aire es libre, todavía. Disfrútalo, interiorízalo y siente cómo es tu aire, qué tan libre ¿Cómo te recorre? ¿Cómo te rodea? ¿Cómo lo asimilas?

Tanto espacio, tanto aire
¿Qué contiene tu aire?
¿De qué lo impregnas?
¿Cómo lo respiras?

Asimismo

¿a quién dejas que respire tu aire?
¿A quién le permites?
Y te hablo de tu realidad creada.

Respira.

Porque puede que en este momento tan íntimo, tan propio,
tan individual, tan particular,
sepas respirar y quieras, además.
Pero existen otras veces,
en las que se dificulta respirar, respirarte, respirarlos.
Y es por tu realidad.

Respira.

¿Qué tan libre te sientes ahí,
al lado de otros?

Y tratas, intentas, cambiar la realidad. Y la realidad es en ti.

Cada quien configura su propia realidad.

Respira ahora en tu realidad.

Respira ahora tu realidad.

Respira encontrándote en tu realidad presente, que sería este momento, en el que estás.

Y pregúntate en qué se diferencia de cualquier otra realidad.

Lo que deberías saber, es que no te buscas ni tampoco te encuentras,
en lo que el otro es.

Entonces, establecerías una única realidad. Tan hermosa como es,
tan perfecta, tan acabada como quieres, tan precisa, tan justa, tan firme.

Tan abierta para que
-si no te gusta demasiado-,
seas capaz de transformarla.

Respira, hermoso ser real.
Respira sintiéndote real.
Respira siendo real.
Respira realidad presente.

Y entiende bien:
si no respiras realidad presente,
no estás, no eres.
Te inhibes de ser.

Respira.

Encuentra y reencuentra
toda realidad.

Sostén el respiro sin respirar, encontrándote,
hasta que quieras respirar,
hasta que te quieras.

¿Te quieres?

Manifiesta serenamente cuánto te quieres.
Manifiesta realmente que te quieres.
Sé que te quieres.
Y, por si no lo sabes, te quiero.

Respira tan profundo como puedas, tan intenso como quieras.
Tan tú, como es.

Respira y hazte presente.

Atiende. Respira consciente.

Manifiesta tu gratitud y como siempre, prométete más.
Respira.

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