¿Por qué mi mundo
en este mundo?
MEDITACIÓN CON MATAJI SHAKTIANANDA
A través de esta meditación, la Madre Shakti nos lleva a contactarnos con nuestro mundo interno, aquel donde residen nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros afectos y nuestras aversiones. El meditar, el respirar, son las vías para el autoconocimiento. Al adentrarnos en nuestra realidad interna, podemos conscientemente comprendernos más y a todo lo que nos rodea. Shakti Ma nos invita a descubrir qué hay allí en ese espacio que habitamos y a amarlo, para sanarlo y ofrendarlo.
Mantén tus respiraciones profundas y calmadas, aquietando todo, jugando sanamente a tu quietud. Descubriéndola, instalándola, disfrutándola. Sabiendo bien a qué te has dispuesto, a permanecer ahí, un rato en ti.
Con más quietud que de costumbre, con más ganas de ser tú. Con una intención firme de conocerte, de saberte más. Y, principalmente, empieza por saber cómo respiras. ¿Qué vas obteniendo de tu respiración, cómo la asumes, qué te traduce, qué tanto te gusta respirar así?
Respirar para mantenerte en ti.
Dejar por un rato todo lo externo y habitar tu mundo, tu mundo interno, el que has creado tú, el que has construido, en donde en realidad vives. Y a partir de ahí, habitas los otros espacios. Imagina entonces qué tan importante es que conozcas tu mundo.
¿Cómo has ido elaborando, confeccionando cada uno de esos aspectos?
¿Qué quieres manejar, sentir?
¿A quiénes, a cuántos, has escogido para que habiten en ti?
Asimismo, presentes o ausentes, igual, viven en ti.
Tendrías que sentirte en ese, tu mundo.
¿Cómo es que lo habitas?
¿Cómo te sientes en él?
¿Con qué, con cuántas razones cuentas, para habitarlo?
¿Cómo te mantienes?
¿Cómo te alimentas?
¿Qué valía tienen las criaturas en tu mundo?
¿Las conoces? ¿Las aceptas?
¿Las consideras? ¿Las amas?
Respira ahí donde estás, en tu mundo.
Sabiendo que cada uno es un mundo, ¿cómo te relacionas con esos, los otros mundos? ¿Se parecen al tuyo? ¿O los encuentras distintos? Existen tantos.
Respira.
¿Qué tanto conoces y reconoces en tu mundo? ¿Acaso todo?
Todo lo que ha surgido, elegido, contemplado, adquirido.
¿Le temes a algo o a alguien?
Y de ser así, ¿por qué existe en ti?
¿Es que acaso crees que necesitas temer?
Respira gratamente porque es tu mundo.
Respira tan internamente como puedas, firme, además.
¡Estás en ti, habitándote!
Entonces, ¿qué rodea, qué circunda, a tu mundo?
¿A qué te acercas, a qué te alejas?
¿Qué has ido seleccionando para que a tu vista, a tu tacto, puedas percibir así, fácilmente, sin esfuerzo?
Al abrir y cerrar de ojos, al extender una mano, ¿qué está a tu alcance? ¿Quién?
Asimismo, ¿podrían ellos alcanzarte a ti? ¿Quisieras que así fuera?
¿Qué te parece, que haya sido este mundo donde hemos querido coincidir, darnos encuentro?
¿Por qué este mundo?
Piensa, respira y piensa.
Con este pensamiento sutil que sólo respira, ¿por qué este mundo?
¿Sientes que habías dejado algo? ¿Qué? ¿A quién?
¿Cómo sabías de la posibilidad de encuentro?
¿Será que hay mundos que se parecen, que se predestinan hacia el encuentro?
¿Qué te dice tu mundo? ¿Qué dice? ¿Crees que los mundos son ofrendables?
¿O más bien deberíamos permanecer ahí?
¿Cierto que no?
Te traes, retornas, vuelves, para ofrendarte.
Más, cuando conoces tu mundo y quién lo habita.
Y si has entendido bien, así como actuado bien, tu mundo, debería estar lleno por tu amor.
De seres que amas y te aman, empezando por ti, habitable criatura, porque deberías dejar, permitir, querer, aceptar, que te habite el amor.
Sea lo que eso sea en ti.
Por lo pronto, no invadas, no huyas, no forces, no te resistas, no te conformes, no te mientas, no niegues. Y permanece en lo que creas el amor es.
Respira plácidamente, es tu mundo.
Respira amablemente, es tu mundo.
Respira confiando, es tu mundo.
Y lo que tu mundo sea, los demás también lo serán.
Pese a lo que ves.
Respira conscientemente, sabiendo cómo te habitas, sabiendo quién te habita, sabiendo tu propuesta, la que siempre fue, es y será: amarte más.
Respira profundo, queriendo estar, sabiendo estar.
Respírate con amor, abriendo tu mundo.
Respira en paz, sabiendo que quieres paz en tu mundo.
Y respira para estar aquí, ahora, en este, nuestro mundo,
el que compartimos y es tanto tuyo como mío,
es de todos.
Respira.
16 de mayo de 2019
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