Ejemplo de amor y perdón

MEDITACIÓN CON MATAJI SHAKTIANANDA

Visualízate en tu espacio, hazte una imagen de ti. Haz comunión con cada elemento que te circunda, el que creas, el que se crea contigo. Todo ese campo que te rodea. Y respira con satisfacción. Respira conscientemente.

Por tu propio beneficio, establece un estado de quietud. Con cada respiro, estabilízate. Que ninguna parte de tu cuerpo te genere tensión. Hazte en ese estado de permanencia, ese que sostenemos en vida.

 Siéntete en tu vida, manteniendo alguna noción, de lo que tu vida es, el sentido que le has dado, el que le has encontrado. Esa constante vital que has asumido, sabiendo que te referencias en ti.

Tú, el gran hacedor de la vida que tienes 

Asimismo, procura contemplar cualquier cosa, lo que se te ocurra,

que te haya permitido hacerte en esta vida. Y por ahí, revisa tus valores.

¿Qué estimas te ha dado, a su vez, la vida? ¿Con qué y con quienes has contado?
¿Quiénes son ejemplos de vida para ti? Y si me preguntas, han sido tantos…
Y más, aquellos, que han permanecido aún, sin lo que la vida es.
Respira en tu vida, respira tu vida.

¿Qué crees nos han dado esos ejemplos de vida? ¿Crees que los necesitamos? ¿Crees que la humanidad debe arrojar -de tanto en tanto- ejemplos, sus ejemplos? Y te podrías preguntar ¿ejemplos de qué?
Respira.

Respira porque no han sido los que abundan
¿Qué se te ocurre sería el ejemplo,
que tú necesitarías?
Asimismo, ¿te sientes ejemplo de algo? ¿Qué ejemplos crees,
ha dado la humanidad?

Y no te hagas o te deshagas en nombres. Más bien respira para que simplemente puedas captar, conectarte,
recibir, disfrutar.

De todos esos campos de vida creados por aquellos, quienes simplemente se permitieron amarse, mi ejemplo hoy, estos días, es Aquel, que produjo tanto, sabiéndose tanto, queriéndose tanto. Respíralo.

Y no se trata de escrituras, de parábolas, se trata de su sentimiento,
de su impregnación, de su regocijo, pese al martirio.
Respíralo.

¿Cuánta aventura y cuánta desventura vivió?

En su muestra, su ejemplo, de amor y perdón.
Respíralo.

Porque te toca ahora tu profunda muestra,

tu grandísimo ejemplo de entendimiento.
Respira.

Cuando te dicen que alguien te salvó, ¿de qué se te ocurre?
¿De qué o de quién te salvó?
Porque ya deberías ir entendiendo.
Y te salvó de todo esto, incluso,
de lo que ves hoy, que él no supo,
que él no vio.

Nos salvó de no creer.
Nos salvó de no confiar.
Nos salvó, para que guardáramos
la esperanza en la humanidad.
Dime si no es el mayor
ejemplo de Amor.
Respíralo.

Y, sin convertirlo en creencia,sin irrespetar su presencia,
 sin cuestionar su influencia, ignora todo lo demás.
Toda esta insustancialidad,
que se materializó a su alrededor, preserva el Amor y el Perdón.

Haz que eso se mantenga vivo
en tu vida.
Y hazte ejemplo de eso.

Ve respirándote dentro de tu campo, hazte presente, confía en ti,

en la exactitud de tu vida, es tu creación. Hazte cada vez más consciente. Respira

profundo, sintiendo cada respiro en tu corazón, hasta que arda.

Respira tu fuego interno, respira profundo, coincidiendo en tu presente. Haz que todo coincida. Coincide en ti. Respira profundo y agradécete, por tu extraordinaria voluntad de ser en ti.

Respira.