El asiento del Ser
MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA
27 FEBRERO 2019
Haz ese sutil ejercicio de revitalizarte cada vez que inhalas. Toma cada respiración como un alimento y aprovéchalo profundamente. Haz que cada respiración sea gratificante y que de alguna forma te revitalice, ciertamente.
Imprímele, asimismo, un poco de entusiasmo, seguridad, confía en que sabes respirar y ve gratificándote.
Revisa bien si te cuesta el entusiasmo. Si por costumbre prefieres permanecer ahí, simplemente respirando.
¿Qué sería el entusiasmo?
Y en principio deberías procurar
que provenga de tu gratitud.
Y poco a poco ve convirtiendo esa respiración, en una serenidad profunda, en una manera de extasiarte, de concretar tu estado más perfecto ¿o acaso lo dudas?
Estar así con toda tu quietud, respirando tranquilamente, atenuando tus pensamientos y, por encima de todo, sintiendo una gratificación.
No le imprimas ninguna ansiedad, ninguna desesperación por alcanzar algo. Más bien mantente ahí.
Ni esperes mis palabras, ni esperes las tuyas. Mantén esa serenidad, ese logro de silencio y ve construyendo este momento en ti. Desde el momento en que decidiste venir, revisa y agradece tu intención, tu acercamiento, tus vías, tu integración, lo que finalmente te trae y te atrae.
Si me preguntas, me atraes tú.
Revisa cómo te instalas, tus modos, cómo te dispones para estar ahí, con todo lo que eres ¿Estarás consciente de todo eso? Y entonces, comienza el momento, deberías construirlo tan íntimamente. Observar cada uno de tus detalles para ti.Sabiendo que te haces un preciado presente, haciéndote presente así, con toda esa disposición hacia tu conexión.
Explorar tu interno, no queriendo convencerte de nada, más bien, intentando siempre optimizar esta actitud que has escogido, en la que te sientas y te sientes contigo, a sabiendas. A sabiendas, que podrías encontrarte con tus aspectos más sanos o más malvados. Y no te importa, lo haces en bien, recogiéndote, silenciándote, tranquilizándote.
Contemplando además, que no estarás en soledad, sino que nos reunimos así. Estableciéndonos en puntos que conectan con el Ser. Puntos que igualmente construimos, desde tu estado, el estado del otro, asimismo el mío.
Y desde lo que proferimos, emanamos. Se produce algo, produces algo,
se crea algo.
Dime si no es como para sentir gratitud. Esa misma, que a su vez te genera entusiasmo.
Esa misma que a su vez, cuenta con tu presencia y esa presencia que eres,
que atrae tanto.
¿Has comprendido?
Por Ley, existe esa atracción,
por vibración y resonancia.
¡Dime si no es para sentir gratitud!
Y ya habiendo trascendido consuelo y desconsuelo, acomodo y reacomodo, interés, curiosidad, nos hemos ido quedando con lo que más atrae.
Y te repito: me atrae tu Ser,
desde el silencio logrado,
desde la paz encontrada,
desde la Luz aceptada.
Dime si no te entusiasman estos niveles de vacío que juntos hemos encontrado en cada uno.
Por eso insisto, siéntete agradecido por el Ser que hoy eres.
Y desde ahí mira el mundo.
Quien mira el mundo con ojos de gratitud, entiende todo, respeta todo, acepta todo, ama todo.
Eso sí, no esperes nada, no esperes nada de nadie. Y menos que te agradezcan algo. Que tu gratitud te complete, te conforte, sea suficiente.
Respira profundo, con el mismo entusiasmo. Haz que siga el momento, y, si te es posible, compártelo con lo que llevas en ti, -que siempre serás más tú-.
Respira valorando tu espacio interno y ese espacio externo en donde tu cuerpo está, haciendo lo que sabe para ti, contenerte, sostenerte.
Ríndete en gratitud, hazte consciente, hazte presente.
Respira.
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