hola
YATRA INDIA
ENERO 2019
35. Aunque tu trabajo sea humilde, realízalo
sin sentir preferencia por otros más importantes.
Morir cumpliendo nuestro deber es la vida,
mientras que vivir envidiando el de otros es la muerte.
El Bhagavad Gita/ Cápitulo 3.° / La acción
Alguien nos preguntaba, aclarando que no había malintención, quién nos financiaba nuestros yatras (peregrinaciones). Y el enfásis en aclarar no hacía más que refirmarnos la oscuridad en la que se encuentran las personas que tienden a elaborar internamente cuestionantes así, y en este caso, manifestarlas públicamente como quien “no quiere la cosa”-decimos por algunas tierras- cuando se intenta desentenderse de lo que delata algo así.
La acción despide un tufillo inequívoco de sospecha que puede tener cualquier cantidad de orígenes en la inabarcable gama de patrones humanos que nos configuran. No es fácil para muchos celebrar la vida que lleva el otro, más cuando se contiene algún vacío consciente o no, que pulsa con insistencia, y lleva a reaccionar de manera negadora ante el logro evidente del otro.
Una zozobra resoplada marca el ritmo de la energía que va produciendo el descontento, la duda, el recelo, el resquemor y se expresa con rabia y desconocimiento, con alevosía y frustración, con indecoro y soberbia, con irrespeto y desolación. Nada que venga de ese lugar puede ser expresado con luz, aunque se haga la salvedad de aclarar que no existe esa “pecaminosa, maliciosa y ladina” sensación de envidiar. Esa palabra y todas las anteriores ensucian el pulcro e intocado estado en el que uno se percibe a si mismo. Uno que es más bueno que el pan. Punto. Uno al que todo el mundo quiere. Uno que sabe decir cosas tan bonitas del otro.
Aquello es otra cosa, que se sepa. Lo que el otro se procura como vida (vaya usted a saber desde que realidad propia y lograda) ocurre y alguien nos libre de desconocer, más bien se alaba forzadamente y el cuido de evidenciar algo que lo denote. Deslinde conmovedor que autoengaño. Y sólo algo podría ser eso: envidia ruda y pura. Sin aceptación no hay cambio. Sin cambio no hay logro. Sin logro no hay avance. Sin avance no hay vida, hay muerte. Envidiar es estar muerto y no saberlo siquiera o aceptarlo porque el foco está en la vida del otro.
Este yatra está sucediendo con las experiencias buscadas, las situaciones inesperadas y con logros inauditos, dentro de los recursos trabajados con ahínco y tesón. Siempre dentro de lo extraordinario que ronda la vida más humilde que se puede haber elegido: servir en luz. Ya ampliaremos el gozo del recorrido y lo que la propuesta es: recibir el legado, justamente para vivirlo y ofrendarlo.
Vivan la vida, aunque se descubran muertos. Nunca será tarde.
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