Tu mayor regalo es tu gratitud
16 de Noviembre de 2018
Si alguien te dijera, te pidiera, que le regalaras algo, cualquier cosa, ¿qué le darías?
Y, si quieres, haz ahora mismo el ejercicio, el juego,
ante la primera persona que se te ocurra -conocida, lo más probable-, y que se atreviera a pedirte algo.
Sin precisarte nada, sólo extendiéndote esa petición: regálame algo
¿Qué le darías? ¿Qué tienes para dar?
Y a lo mejor te pasearías por todas tus cosas, por todo lo que crees te pertenece,
todo lo adquirido, todo lo que retienes ahí, que crees es tuyo.
Y percibe también ese sentido de la propiedad que tienes ¿Qué es de ti?
¿Qué estarías en la capacidad de dar? ¿Tienes algo que dar?
¿Asimismo sabrías exactamente qué es lo que necesita esa persona que te pide? ¿Por qué a ti?
Y fíjate bien si te está resultando fácil, o por lo contrario, ni siquiera imaginas a quien, ni qué le darías, no sabes.
¿Qué estarás pensando? ¿Qué estarás sintiendo?
Tendríamos que entrenarnos tanto en el sublime acto de la entrega, de esa acción de dar, y más, en esa tarea de confiar y saber darnos.
Pero tendríamos que saber a quién, y aunque no lo creas, en alguna parte de nosotros, existe algo que nos permite eso.
De alguna forma intuir, que en medio de todo este juego, esta vida, hemos venido, estamos aquí, para darnos en algo, para ofrendarnos.
Y, si es posible, que a partir de ahí, se genere a su vez otro juego -suerte de transacción-
y sepamos recibir lo que alguien también trajo para darnos, desde lo que es.
Pregúntate entonces, desde lo que eres, ¿qué crees puedes dar? ¿A quién?
¿Cuánta certeza contienes sobre el espacio que ocupas hoy y con quiénes?
¿Por qué existe alguien que te ha buscado, que te ha encontrado, que generó una filiación contigo?
¿Quién te concibió? ¿Quién se hermandó? ¿Quién dice amarte?
¿No crees que has traído algo para cada uno? ¿Qué sería?
Y por encima de todo, cree en esto: lo más grande que has traído para ofrendarle es tu gratitud.
Aunque no lo creas, es el más grande regalo. Es lo más hermoso que contienes en ti.
Así que no te desesperes, no te sientas carente, no creas que nada tienes.
Contienes una hermosa virtud por expandir: que sea siempre tu gratitud. Por encima de todo, tu gratitud.
Y no creas que no lleva implícito lo que el amor es.
Y, aunque no lo creas, es inmensamente más elevado sentir dentro de tu amor, profunda gratitud.
No lo olvides.
Om Namaha Shivaya
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