Busca el logro en tu respiración. Respira profunda y conscientemente, percibiendo cómo te nutre tu respiración, cuánto te abarca, cómo te impregna de ti.

Respira consciente, sabiendo cuánto necesitas.

Porque -básicamente- es lo que necesitas: respirar. Saber mantenerte ahí, en ese estado que tu Ser agradece tanto.                             Pura observación, introspección, quietud, silencio. Soportando tu fuego interior, ese que abrasa. 

¿Cómo se comporta? ¿Lo sientes? ¿Sientes tu fuego? ¿Con qué crees lo alimentas?   Es esa combustión. Y de ahí se alimenta todo, incluso tu mente, tan libre como se cree.  Haz que tu fuego, incinere todo pensamiento, todo intento de distracción, toda negación. 

Y siente tu calor, todo lo que tan sutilmente generas en tu propio cuerpo, en todos tus cuerpos, que en este momento buscan unificarse. Incluso esta materia en la que habitan todos, en los que se alojan a través de tus sentidos, tus campos. 

¿Cómo sería esa combustión?  ¿Cómo se funden?  Y es que eres como un molde, exactamente de ti, en el que has vaciado una y otra vez, todo cuanto contienes. Experimentando en tu propio laboratorio el Ser que eres. Haciendo pruebas, creando fórmulas, resolviéndolas. ¿Conoces acaso tus componentes? ¿Su potencialidad, su capacidad, su resistencia?                         Y todo se funde.

Respirarás sólo lo que necesites. En mínimas dosis, breves, logrando esa fusión con todos tus elementos, potenciando tu fuego interno, consumiéndote.

Respira lo necesario, brevemente.

Ni te ocupes de elaborar nada, tan sólo respira, en plena combustión.

Ningún encuentro, ningún choque, ningún roce, ninguna trampa. Tan sólo un inmenso vacío, profundo. Nada ni nadie, ni siquiera tú. Tan sólo esa expansión, sin cualidad, sin sentido.

¿Qué tan eterno y qué tan breve puede ser el infinito?  Y atrévete a ser eso consciente, sin ninguna invasión, menos de temor, no existe. Contienes un espacio en el que el temor no existe ¿podrías alcanzarlo? ¿Te atreverías? ¿No lo sientes justo? ¿No lo crees necesario?

Contempla eso, contémplate ahí y atrévete a ser ahí ¿Quién serías? No temas

Se puede existir sin temer. Se puede ser, sin temer. Se puede sentir, sin temer. Puedes amar, sin temer. 

Confía. Respira y confía.

Y aquel fuego, en el que todo arde, vivo. 

Respira profundo, respira de verdad, como debes respirar, de verdad, sin temor, sin agobio. Y ahí estás, en tu propio molde, vaciado en fuego, tu fuego.

Respira y hazte consciente, hazte presente, establécete aquí y ahora, respirando con gratitud, con entrega.

Respira.