El amor no se siente, el amor se es
MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA
7 Noviembre de 2018
Profundiza esa respiración, de manera que obtengas mayor equilibrio, serenidad, intención. Haz esas respiraciones profundas y prolongadas. Que todo cuanto respiras, te impregne, te haga sentir vital y sobre todo consciente, consciente de éste momento.
¿Qué vas obteniendo? Diluye toda tensión, toda dispersión y busca instalarte ahí, en todo lo que tu interioridad es. ¿Qué sería? Y se trata de esas entrañas, toda tu mezcla, todos tus contenidos.
Y respira más, para que se imponga el sosiego, tu calma, tu reposo y todo lo que guardas.
¿Qué tanto guardas? ¿Te has acostumbrado a eso? ¿Quizá a guardarlo todo? Todo lo que conscientemente registras ¿Y lo inconsciente?, también. Imagina entonces todo lo que eso es, todo lo que en cierta forma eres.
Te preguntarás ¿es en todo eso que debo meditar? ¿Es que acaso con todo eso, puedo? ¿Cómo secciono, cómo selecciono, cómo evito lo que me obsesiona? ¿Cómo llamo, cómo atraigo lo que intuyo debe invadirme cuando quiero meditar? ¿Qué mecanismo activo para discriminar? ¿Contengo acaso algún dispositivo que me lo permita?
Y entiende bien: bastaría tu amor. Respirarte en esa constante, que sin ninguna duda te habita, aunque debilitada esté por tu temor, tu ansiedad, tu angustia, tu tensión.
Dirás, ¿cómo expreso así -en medio de esta supuesta quietud, este insondable silencio y esta actitud-, lo que mi amor sería?
Y en tu solo respirar está manifiesto y expresado, en esa voluntad que te deja ahí, confiando en ti, sabiendo bien todo lo que contienes. Eso es amor.
Ese intento, capaz con logro, de vaciarte y de reconocerte ahí, en medio de ti, haciendo nada. Eso es amor.
Confiando así, resistiéndote al temor de cualquier asalto de tu conciencia, cualquier resquemor, evitando libremente alguna angustia, soportando esas tensiones que tan impunemente nos acechan, pero permaneces ahí. Eso es amor.
Asimismo haciendo registro, imperceptiblemente, de todo ese aliento que te ayuda, que te sostiene, que te soporta y tácitamente te lleva a ti. Dime, ¿no es acaso amor?
Y como sabes, no sería necesario que sientas nada. El amor no se siente, el amor se es. ¿Qué o quién eres entonces? ¿Estás siendo qué? ¿Qué eres?
Respira.
Respira sabiendo qué eres, respira sabiendo qué expresas, qué manifiestas para ti. Respira sabiendo el compendio de luz que eres. Si supieras, te abrumarías. Sobre todo, por no saber o no querer ni tampoco poder, expresarte en luz. Por lo que tendrías que comprometerte cada vez más, a ser eso.Véncete.
Respira a profundidad, estableciéndote nuevamente aquí, en este ahora, en el que eres como eres, pero sabiendo siempre que podrías ser más, más amor, más luz, más tu, simplemente tu.
Respira conscientemente y agradécete. Agradécete el momento.
Respira.
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