Madre Divina, fecunda Tu Amor en mí
MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA
17 octubre de 2018
Brevemente me observo, libero cualquier tensión, la libero respirando. Cada respiración, profunda y consciente. Estabilizándome en todo sentido. Logrando esa estabilidad física, que me permite estar aquí, en lo que mi Ser es. Y me sigo observando, calibrando esa respiración, qué tan serena, qué tan calmada, qué tan segura. Si realmente me afianzo en ella y ella en mi.
Asimismo, que tan estable está mi mente. ¿Me está permitiendo esa serenidad? Y si no es así, respiro hasta aquietarla, hasta que traduzca lo que cada respiración es, para sí misma.
Respiro profunda y pausadamente.
Sin encerrarme, me preservo, dentro de todo este campo que manejo. Y voy desconectándome de todo lo sensorial. Buscando llevarme con la respiración, cada vez más internamente a eso que me habita, que yace en mí, que ni siquiera me pertenece. Aquello que se sabe en unión al Ser. Desde ahí respiro brevemente, silenciosamente. Confiando en mi estado del Ser.
Y direccionando lo que hoy se produce pido, humilde pero certeramente, sabiendo lo que existo:
Madre Divina, fecunda Tu Amor en mí, soy capaz. Hermosa Fuerza, fecunda Tu Amor en mí, soy fértil. Sé que existo de un Padre y una Madre. De dos Fuerzas tan vitales y poderosas.
¿Qué no contengo? ¿Por qué negarme algo? ¿Por qué desconocer lo que realmente existe? ¿Por qué vivir y convivir con tanta ignorancia? ¿Por qué elegir una y otra vez, desconocer lo que late en mí? Tan presente, tan visible. ¿Por qué tanto temor a lo que mi interno es, a lo que contiene, a lo que oculta, a lo que finge? ¿Por qué no develarme en mi verdad? Sea la que sea.
Sé Madre Divina, que me acompañas en este andar, en esta vida, por estos lados, en estos tiempos.
Y respiro.
¿Cuánto me cruza? ¿Cuánto me atraviesa? ¿Cuánto se tropieza? ¿Cuánto se detiene? ¿Cuánto sigue? ¿Cuánto me traspasa? ¿Cómo trasciendo todo?
Madre, ayúdame. Cúbreme de tu bendición, que sé que no es más, que mi capacidad de amarme.
¿Cómo sabría, cómo defino, cómo mido? Y ya sé. Sé que bastaría verme, registrar mi condición, constatar en lo que elaboro, en cada acción, lo que realmente soy.
Madre, ¿que he aprendido? ¿Qué he aprendido de mi? Porque es en definitiva, de quien debo aprender. Ayúdame.
Y respiro. Profunda y brevemente, respiro.
Que ya nada me desvíe, que ya todo me conduzca a la infinita forma del Ser, del Ser sin forma. Eso que me habita. Amorosa Madre, que todo éste presente que soy, con todo lo presente que me siento, se establezca en mi amor.
Respiro eso. Respiro eso. Respiro eso.
Y así me atiendo, respirando profundamente, retomando el momento presente, acoplándome al sistema que soy.
Respiro profundo y me agradezco el tiempo producido. Lo que en él me he atendido, la forma en que me siento.
Agradezco. Agradezco. Agradezco.
Profunda y serenamente respiro, preparándome para continuar en este presente exacto, comprometiéndome a saber seguir siempre.
Respiro.
0 comentarios