
Mínimo respiro, máximo aliento
MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA
08 agosto de 2018
Sigue respirando profunda y pausadamente, a tu forma, a tu ritmo, a tu necesidad. Asimismo recuerda visualizarte en esa postura, en esa posición tan perfecta, en ese espacio que de alguna forma ocupas. Particularmente visualiza ese campo que te contiene, registro consciente de tu energía, de todo lo que es de ti, tu fuerza, tu tensión, tu emanación, tu recepción, lo que te configura.
Respira y hazte presente ahí. Llévate a sentirte con todo tu Ser establecido en posición fija, en éste presente y en ésta actitud que te mantiene atento a lo que tu Ser es. Hazte en tu concilio, siente el alivio que te produce este encuentro, celebra esa voluntad que te permite entrega.
Si te es posible, -como siempre te he dicho- conmuévete, empieza por ahí, prodúcete ese sentimiento que te hace caer muros, estructuras, formas, tensiones y te lleva a abrirte ante ti. Es la manera de derrumbar lo que muchas veces nos producimos y tan inconscientemente nos herimos, persiguiéndonos, cuestionándonos, reclamándonos.
Respira aliviándote, aceptando tu Ser y toda su circunstancia. Todo lo pasado, lo presente y lo que vendrá. Mantente ahí, respirando, sabiendo que tu Ser está inmerso en su propia creación y celebra por demás ese aliento, eso que nos alimenta, que vive en ti.
Celebra tu vida, tu esfuerzo de vida, tu hermosa vida, porque es hermosa.
Respira y resguárdate ahí, en ese aliento. Y no te esfuerces en observar nada, ningún pensamiento. Haz esa inmersión profunda, déjate llevar por ese aliento tan puro, tan pulcro, tan profundo.
Muéstrate sin temor en tu estabilidad, al respirar con aliento. Asimismo, tu seguridad al saber del aliento.
Respira con gratitud al saber del aliento, al reconocerlo, tan fluido, tan vital, tan amoroso. Y disculpa que le impregne cualidad. Hazte en tu propio aliento.
Respira.
Recréate, reluciente como eres, reluciente como estás. Que ningún sentido participe, sólo Aquel que se encuentra fijo en ti, por Ley. Que no responde ni siquiera a tu condición humana, es de otro orden. Te preguntarás ¿quién rige ese sentido? Nada ni nadie responde. ¿Conozco acaso cómo opera esa Ley? Absolutamente.
Respira.
Y sutilmente percibe, sin sentido alguno, lo que tan firmemente opera en ti, a voluntad, con sabiduría. Percibe esa constante que es todo lo que te sostiene, desde lo perfecta que es.
Tienes que reconocer ese aliento, eso que logras, que ni te retiene ni te atrapa, más bien te libera. ¿Podrás percibir qué es lo que se libera? Y tampoco te afanes, termina siendo tan sutil, tan perfectamente sutil.
Aunque pone a prueba tus sentidos, porque los conoce, les permite ese estado de quietud, de sana entrega.
Deberías preguntarte ¿por qué no asumo? ¿Por qué no utilizo en mi diario vivir, ese sutil aliento que me permite percibirme como realmente soy? ¿Por qué suprimo, en medio de mi descontrol, lo que ese aliento me proporcionaría?
¿Por qué me obnubila tanto pesar y angustia… si cuento con eso? Cuentas con eso. Y si te cuesta contar con eso, haz un esfuerzo mayor y apela al Principio, la Ley.
Tienes que hacer cada vez más y mejores esfuerzos por saber sumergirte en tu interior, por referenciarte en ese aliento, en percibir tu constante, en producir ese alivio y en precipitar cada vez más conmociones. Haciendo que las percepciones de tus sentidos, sean más exactas y te lleven al sentir primero, a tu principio. Ya no te reduzcas.
Contente un poco ahí, con mínimo respiro, máximo aliento y permítete la expansión, el alcance. Que nada te preocupe, no hay forma de perderte ante tal encuentro. ¿Confiarás?
Respira profundo, respira con aliento, respira con serenidad y preparándote para estar aquí de nuevo, ahora mismo en esta respuesta que eres, ante todas tus preguntas, ante este cuerpo logrado, en este tiempo preciso, en tu espacio habitado.
Respira profundo, recíbete comprometiéndote a aceptarlo todo.
Respira, hazte presente, atreviéndote a sentirte desde cada uno de tus sentidos.
Valora tu Ser, aprécialo y proponte amarlo cada vez más, sería lo justo, respira.

0 comentarios