Hazte creyente de ti.
20 de Julio de 2018
¿Viste cómo pasó, no? Como todo. El signo de la dualidad: creyentes o no creyentes
¿Después de qué? De que algún credo se creó.
Y así fue, algunos por decisión, –incluso o más bien totalmente kármica– decidieron asumir esa condición:
ser creyentes, otros, no serlo.
Y como siempre, se genera la cuestión ¿creyentes de qué, creyentes de quién?
¿En qué o en quién deberíamos creer? ¿Qué cosas, entre tantas? ¿Quién elaboró lo que se debía, se tenía, que creer?
¿Quién atestiguó, quién protagonizó, quién ideó?
¿Qué deberíamos creer naturalmente? En medio de todo esto, siendo tantos.
¿A qué o a quién tendríamos que creerle qué? ¿Es que acaso necesita el hombre creer?
Más, cuando las nociones no cesan. Lo que se concibe como conocimiento, tampoco.
Y lo que ha sido el abandono a la sabiduría, que permanece ahí, en cada uno ¿no sería acaso eso lo que deberíamos creer?
Y lo que indefectiblemente nos remitiría a nosotros mismos, es decir, algo tan simple: creer en ti.
Conociendo, reconociendo, lo que elaboras, lo que piensas, lo que sientes, todo lo que traes y tan afanosamente descubres, recuerdas.
¿No sería eso válido? Y enfrentar de una vez, todas esas posturas que nos han llevado, nos han traído hasta este caos,
estas confusiones, estos olvidos, estos desvelos, esta ignorancia.
Y vale preguntarse ¿qué ocurrió? ¿En qué momento fue que se produjo tal quiebre?: no sería tan difícil.
Y fue, cuando el otro hombre quiso que creyeras en su credo.
Ese que a lo mejor no descifró, por ignorarse, por temor, hasta por conveniencia.
Sería tan hermoso responder a esa forma tan íntima de Ser.
No engañarse con la utopía de creer que todos podríamos creer en lo mismo.
Hay muchas fracturas, demasiado control. Ha pasado tanto y aunque pasado es, ni se olvida ni se perdona.
Y eso igualmente asegura que no sería posible establecer un credo único.
Sé que ya lo sabes, si quieres puedes, necesitas, creer en ti.
Más cuando tras tantos intentos buscas luz, entendimiento, cercanía a seres puros, constantes, amorosos, rigurosos, sinceros,
que sienten autoridad en el ejemplo, en lo real. Jamás en lo oculto, lo engañoso, lo patético.
Contémplate, explórate, establece confianza propia aunque tengas sensaciones de temor, incluso emociones torcidas.
Acepta: algo te pasó, por no creerte. Pero hoy es hoy. Hoy puedes, hoy quieres.
Crea un sentimiento nuevo para ti y hazte creyente de ti.
Allá quien no pueda, ni quiera, ni sepa.
Om Namaha Shivaya
0 comentarios