logomaweb.fw

El alcance del vacío

MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA

04 de julio de 2018

Permite que cada respiración te sitúe. Que cada vez que respires, te sientas más en ti. Que ni te escapes ni te evadas, ni empieces a recordarte de nada. Que cada respiro te permita estar en ti. 

Si algo te hace pensar que podrías dirigirte hacia alguna parte, elige tu vacío.

Ese espacio que te resguarda y que resguardas, en el que permaneces impoluto, pese a todo  lo que ya has experimentado. No es momento para recrearte en tu experiencia.

Respira.

Y hazte capaz de sentir, de saber tu alcance. Todo eso que está más allá de esto que eres,  de esto que has vivido, de todo cuanto has sentido, de cuanto has visto. Existe tanto más…

Respira.

Te preguntarás, ¿se respira en el vacío? ¿Se respira vacío? No. Por lo que todo, toda tu atención debes mantenerla ahí, en la gradualidad de tu respiración,  en la cualidad de tu respiración.

¿Crees que exista algo ahí? Y no sería posible. Se trata de una estancia en la que ni podrías colocarte. Cuando desde lo que eres te asomas, te proyectas, gravitas. 

Te preguntarás ¿qué sería lo que llega hasta ahí? ¿Qué parte?  ¿Cómo se podría -desde lo que se es aquí-, trasladarse a ese espacio vacío? 

Con lo único que deberías contar es con esa instancia de ti que no maneja ni cuerpo ni tiempo. Y no te restes en capacidad, cuentas con todo eso. Ni siquiera tu memoria sabe cómo existe.

Cuando se está ahí -que no sería precisamente estar-, es como si ganaras un alcance, que no tendrías forma de medir, ¿cómo?

Pero de alguna forma se te instala, se te impregna lo que bien sería ese intento, esas ganas, ese logro de disiparte, de abstraerte y de sostenerte en lo que sabes gravita como Fuerza. 

Y lo que más debería llenarte, al permitirte percibir tu vacío, es la conexión con lo que inmanifestado está y que Es. Ante todo lo que ves, lo que oyes, lo que sientes, lo que tocas,  lo que vives, lo que anhelas, deseas, saber que existe algo intangible, invisible. Fuerza.

Y que desde ti, sosteniéndote en ti, siendo quien eres, conectando el respiro,  aquietando la mente, te integras a la Fuerza, eres la Fuerza.                            

¿Y cómo llamarías a esa Fuerza?  Ni la nombres, percíbela, sabiendo que es lo que eres, siendo lo que sabes. Sabiendo lo que es, es lo que Es.

Respira.

Respira notando que respiras, aceptando. Y cada vez respira más profundo hasta que retornes, desde ti, para ti y vuelvas a sentirte dentro de esta corporeidad. Y puedas sentir lo que vibra, lo que late, lo que te pulsa y todo lo que tu respiro produce.

Es como si poco a poco, fueras activando lo que se prestó para tu reactivación y tu conexión. Y visualizas tu sistema interno y externo y empiezas a recordar desde dónde viniste, a qué viniste, por qué viniste.

Respira.

Y te haces acuerdo de los seres que te acompañan. Y te propones reconocer el producto de tu experiencia, todo lo producido, todo lo que vives y te prometes saber seguir, sabiendo cómo, sabiéndote parte de toda esa Fuerza.

Agradeciéndote por saber sentirte esa Fuerza y por sobre todo, desde todo lo que eres, 

amar esa Fuerza. Respira sabiendo que culminas esta meditación, ésta tu forma de interiorizar, todo lo que te brindas en bondad.

Respira profundamente.

Respira.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *