Observa, explora cada una de tus respiraciones. Hazte total y absolutamente observante de ti. Asimismo, visualízate ahí, dónde estás, dibújate. Haz que tu mente te recree y maravíllate con ese ser que eres, en este momento, en este tu esfuerzo, ésta tu bondad, la necesidad de tu cercanía contigo mismo. Respira. 

Respira para que neutralices todo pensamiento, toda ansiedad, cualquier tensión, algún resquemor. Respira. Aunque pienses, piensa en lo que pienses hasta que se diluya en la infinidad que eres, en la conexión que logras, confía en la capacidad de tu entendimiento, en tus razones de ser. 

Integra tus cuerpos en este momento, todos tus cuerpos, tus valiosos cuerpos. Como te miran, así como los miras desde ti. Confía. 

Muéstrate en tu interno y alcanza ese respiro tan mudo, tan sutil, que ese respiro te alcance, que te llene, que te nutra. Es tu evento, tu comunión exacta, tu encuentro. 

Di internamente:

Me establezco en mi ser,  en mi amado ser.  Me establezco en mi amado ser.  No me oculto, ni me miento, ni me desespero. Me establezco en mi ser.

Recurro a un súbito olvido. Olvido mi rostro, olvido mi cuerpo, sólo me presencio en mi estado, en mi estado de consciencia. ¿Lo conozco acaso, lo acepto, lo cultivo, lo ejerzo? ¿Ejerzo mi estado de consciencia o simplemente lo inhibo? ¿Lo retraso, podría acaso? Y en cierta forma, sí.

¿Cuánto te debates, cuánto te antagonizas, cuánto te mantienes dual, cuánto dudas.  Respira, decide respirar, decide respirar tu estado de consciencia, decide establecerlo, decide ejercerlo, decide ser eso.

Tanta presión, tanto juego conjunto, tanto.

Me establezco en mi estado de consciencia y lo ejerzo, me siento capaz y lo respiro y lo habito y me habita. Soy mi estado de consciencia.

Y sería válido que te preguntes eso: ¿apenas soy eso? Respira. Porque sí lo sabes, hay más, eres más, puedes más, quieres más, necesitas más. 

Consciente respiro. Consiéntelo. 

Consciente el respiro, consiéntelo.

Profundízalo y recuerda lo establecido, recuerda los estados alcanzados, recuerda tu consciencia, recuérdala. Y sin preguntarte quien eres, respóndete y sin respuesta, ejerce y ejerciendo, sé y siendo, ámate, ámate, ámate. 

Respira, respira, respira y retómate aquí y ahora consintiendo el momento presente, restableciéndote, confiando, agradeciendo, agradece. Respira.