Respira profunda y conscientemente, habilitando todo tu sistema para este momento, en el que te propones algo. Sigue respirando, atendiendo cada respiro.

¿Estarías meditando para respirar?  ¿O estarías respirando para meditar?  Ni lo uno ni lo otro. Así que concéntrate, instálate en ti, como sabes deberías y tan sólo respira calmadamente, serenamente, esperando nada.

Haz que tu respiración ocupe tu espacio. Que ese espacio que ocupas sea tu respiro. Tan sosegado, tan atento de ti. Que tu respiro no te diga nada, que sólo permanezca en el ánimo de estar en tu interior. Sea lo que eso sea. 

¿Qué sería tu interior? ¿Qué habita en tu interior? ¿Qué o quién hace presencia en tu interior?                                                                Si tuvieras que situarlo, ¿dónde quedaría tu interior?  ¿Qué lo sostiene?  ¿Cómo se sostiene?

Y no deberías guardar límite, más bien, expandirte en todo tu interior. ¿Qué sería dónde?¿Crees que sólo esta naturaleza, esta materia, este cuerpo, podría sostenerlo? Ayuda, sí.

Estás ahí, respirando y meditando para estar ahí. De ser en ti, de estar en ti, ¿dónde sería? Y gravitando como estás, ¿dónde estarías?

Elegiste un planeta para habitarlo. Recorres un planeta, para sentirlo. Interactúas con similares para reconocerte.                                                    Viajas para aventurarte. ¿No crees es maravilloso? 

Aunque se te dificulte, es lo que has querido, siendo quien eres. Aún así, te crees perdido. ¿Cómo sería? ¿Sería? Porque no le has dado encuentro a tu interior, donde todo Es, donde todo eres.

Respira.

El punto es, si anhelas tu encuentro, si es así, si es lo que más quieres.Y saber que lo que en tu interno está, eres tú, siendo lo que Es. ¿Sabes acaso, quién eres?

Sigue respirando, sigue meditando, sigue recordando, con valentía.Respira profundo, atendiendo el momento, el esfuerzo hecho. Tan consciente, tan voluntario, tan oportuno.

Valora tu permanencia en tu interior ¿Qué logras? ¿Qué consigues? ¿Qué encuentras?

Respira profundo para establecerte nuevamente acá, en tu aquí, en tu ahora. Prometiéndote nunca deshabitar tu interno. Así vuelvas, permaneces siempre ahí.

Respira.

Respira profundo, acercándote, agradeciéndote, aceptando lo que tu vida es, lo que te toca, lo que quieres y lo que esperas de ti.

Respira.