Guíate hasta ti
MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA
9 de mayo de 2018
Haz que tu respiración te active, siéntela así.
Que cada vez que respires, sientas que aquella parte de ti –la más invisible-, se pronuncie, se presente. ¿Cómo tendrías que respirar?: tranquilamente, sanamente, a lo que tu profundidad es.
Respira.
¿Qué crees podría activarse? Y en principio, una forma de rendirte ante ti. Ríndete conscientemente. Dejando batallas, reclamos, inquietudes, soberbias, angustias, preocupaciones, manejos, controles. Ríndete.
Si supieras que eso es entrega. Y entregas, te entregas a la Ley. Lo que crees es de ti y lo de cualquier otro. Y sigues así, rindiéndote. Y no se trata de que descuides nada, al contrario, es estar al pendiente, tan consciente.
Que cada uno de tus respiros active tu forma, tus conductos, de contemplar esto. Contemplar lo que eres, lo que haces, dónde estás, haciendo qué, siendo quién.
Mira cómo se va transformando tu respiración, lo sutil, lo fiable. Y es que sabes. Sabes de éste, tú propósito, ése que contemplas.
Y que la respiración sea tu forma de guiarte hasta ti. ¿Hasta dónde quisieras ser guiado? ¿Qué crees no conocer? ¿Qué tanto puedes obviar? ¿Te has insensibilizado? ¿O al contrario, te sientes más capaz de registrar todo cuanto sientes? Entenderlo, aceptarlo.
¿Qué objeto tendría esta contemplación de ti?, ésta tu entrega, ésta tu rendición. Si me preguntas, experimentarlo. Como ya sabes, en medio de todo esto, experimentarlo. Sin visión, sin razón, sin control, sin mente. Contemplar eso.
Y entender que no es algo que se incorpora, ni que te envuelve, ni que te acecha, ni que te pertenece. No hay forma de explicarte, más que eso, lo que logras. ¿Si quieres, no? Sería lo importante, que quieras eso. Deberías.
Si te cuesta… entrénate, entrénate en ti, contigo, conociendo todo eso. Incluso lo que te impide. Básicamente, tu temor.
¿Cómo vas? ¿Cómo te guías? ¿Te vas encontrando? ¿Qué existe en ti? ¿Qué existe? ¿Qué es lo que existe?
En medio de todo esto que vive, ¿qué existe? ¿Lo que existe, vive? ¿Todo? ¿O lo que vive, existe? ¿Todo? Y ya sabes que no.
Por eso decide. Confróntate y decide. ¿Qué tanto de lo que en ti existe, vive? ¿Qué tanto de lo que crees vive en ti, existe? Contempla. ¿Cumpliste tu objetivo? ¿Has sabido guiarte? ¿Estás en ti? ¿Te contemplas? ¿Vives? ¿Existes?
Contempla una petición muy íntima, que incluya todo lo que quieres de ti.
Respira sutilmente. Hasta que quieras más, respirar más profundo. Abastecerte para que te alcance cuando de nuevo estés aquí, en tu presente, aquí y ahora. Y puedas, sepas y quieras contemplar todo, desde lo que eres. Y quieras vivir, tal y como sabes existes.
Respira profundo, consciente, agradeciendo.
Respira profundo.
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