El ímpetu de elevarte
MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA
11 de abril o de 2018
Respira profundamente. Siente cada pausa, advierte cada respiro, haz que sea tu propuesta: respirarte. Haciendo cada respiración consciente, advirtiendo también tu presencia.
Confía en ti. Primero, por haber producido este momento, el estar aquí, así. Haz que eso te permita confiar. ¿Existirá alguna razón? ¿Crees que la tengas consciente?
Respira
Crear un momento así, debería llevarte a confiar, aunque no tengas demasiado claras las razones. Haz profundo tu hecho de respirar, de querer sentirte en ti, de poder permanecer ahí. Eleva tu propuesta. ¿Cómo sería? ¿Cómo se haría? ¿En qué consiste eso de elevarse? De querer, de saber hacerlo ¿hasta donde quisieras elevarte? ¿Te parece una presunción, una pretensión? ¿Verdad que no? Porque en realidad, seria sobreponerte, sobreponerte a todo esto.
Respira.
Porque mientras más lo haces, conscientemente, estabilizas tus circuitos sutiles, que inciden en todo tu sistema. Permítete eso y respira tan pausadamente, tan imperceptible. Es así que estarías elevando tu frecuencia, al disminuir tan conscientemente tus pulsos de tensión, tus latidos de ansiedad.
Respira.
Y aunque lo intente, que ni siquiera un pensamiento se eleve, no les corresponde. Más bien respira, tan consciente, para que no se produzcan, ni te distraigan.
¿Qué estarías elevando, cuando eres capaz -desde tu confianza- de permanecer así?
¿Qué crees observas? ¿Quién crees te observa? ¿Qué crees produces?
¿Qué recreas, qué atiendes? ¿Qué te ocupa, quién te ocupa?
¿Donde está, cómo se habita, dónde se detiene, cómo sigue lo que la Conciencia es?
Respira.
¿Por qué tendrías que dudar, desconfiar, de ese impulso tan íntimo de elevarte? ¿Hasta dónde crees, lo que sabes está, lo que en verdad eres?
¿Qué sabes, qué conoces de eso que se dice Conciencia? ¿Qué pretendes, qué cree pretende esa Conciencia? ¿Qué quiere, qué determina, qué busca? ¿Acaso que te encuentres, que la encuentres?
¿Qué pasaría si después de tanto esfuerzo, de tu voluntad misma, de tu incansable búsqueda, de tu insaciable encuentro, no hay nada? ¿Qué sería la Conciencia? ¿Qué sería la Nada, si Nada es? ¿Por qué se dice algo?
¿Seguirías confiando? ¿Seguirías elevándote? ¿Hasta dónde? ¿Ese dónde, dónde queda? ¿Desconfiarías acaso, si aceptaras que queda en ti? ¿Te decepcionarías? ¿Te derrumbarías?
Dime que no, dime que no.
Hazte una íntima promesa:jamás perder el ímpetu de querer, de ansiar elevarte hasta ti, hasta tu conciencia impoluta como es, perfecta. ¿Lo tendrás consciente? ¿Lo crees? Y que mientras sostengas respiro, ahí estarás, confiando en ti.
Respira más presente, acercándote, sin perder tu elevación, tan consciente como estás. Sin contener nada, libremente, aceptando el día, aceptando el tiempo, correspondiendo, respira.
Respira profundo, estableciéndote aquí y ahora, en tu espacio tiempo, re-habitándote, rehabilitándote, sosteniéndote, haciéndote presente.
Respira cada vez más cerca. Siempre en ti.
Siempre en ti.
Meditación Mataji Shaktiananda / Montevideo, Miércoles 11 de Abril de 2018
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