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Hermosa llama, enciéndete más

MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA

7 de marzo o de 2018

Cada respiración, consciente, sabiendo bien, qué estás respirando, lo que estás respirando y dónde estás respirando. Respira para calmarte, para centrarte, para mirarte.

No te coloques condiciones ni permitas que nada te inhiba, ni pienses demasiado, ni busques nada, ni te coloques en ninguna parte, mantente ahí, en lo que eres,  en ese respiro tan hermoso, tan propio, tan útil, tan vivo, tan consciente.

Tente paciencia si crees no estar en ese logro íntimo de saber estar contigo,  de querer estar contigo. Nos pasa tanto, ocurre tanto. Y toda esa mezcla de vivencias, sensaciones, emociones, sentimientos, se juntan, se atropellan.  Por eso respira, sólo buscando estar en ti. Estar en ti, ¿sabes lo que es eso?

Y por lo pronto, mira cómo te atreves, como te presencias.  Alíviate el pensamiento, recurre si puedes, al sentimiento que te produces.

¿Crees saber o poder definir lo que sientes por ti? Y a veces nos cuesta. ¿Qué sientes por ti? ¿Qué sientes por ti? ¿Qué sientes? ¿Acaso rabia? ¿Acaso miedo? ¿Te das lástima? ¿Te valoras? ¿Te aprecias? ¿Te distingues? ¿Te aceptas? ¿Te conoces?

Respira.

Sostén el aliento, contacta con tu silencio, sostenlo también. Observa ese rutilante e insondable vacío, donde no te asalta nada,  ni el más mínimo calificativo. Nada que te defina, nadie que te reclame,  que te increpe. Vacío.

Y de la nada, empieza tu ardor, tu propia combustión. No busques sentirla. Instálate ahí, en un vacío sin aliento, sin preguntas, sin respuestas, sin temor, sin acoso, sin nadie. Nadie más que tú, siendo nada. Y lo que sobreviene se disipa tan rápido, con tal intensidad, y es porque te instalas ahí, en tu propio sistema, desactivado ya, para lo que no existe, para lo que no está, lo que no es. Y tu sutil respiro, tan íntimo.

Pensarás ¿de qué me alejo? Y más bien, te acercas. Te acercas a ti. Te acercas a Aquello.

Y el ardor persiste ¿qué será? Y podrías pensar tan inocentemente,  tan ingenuamente, tan ciertamente, que tu llama es. ¿Serás? ¿Será? ¿Qué podría ser? ¿Quién podría ser? ¿Qué tan encendida, qué tan apagada?  ¿Qué habrás oído, qué entiendes, qué sabes? Es que eres eso, algo así como una llama, por demás ardiente, por demás viva. Tan poderosa, tan constante.

¿Respiras? Respira

De todo haz acopio. De lo presenciado, de lo sentido, de lo vaciado, de ese ardor. Respira y si te es posible, piensa, haz que desde tu pensamiento, todo lo obtengas. Impregna ahí, siempre será un refuerzo, un buen refuerzo.

Respira pensando y si también puedes, sintiendo.

Te preguntarás ¿qué gané? Fuerzas. Lo que más deberías apreciar. Fuerza.

Fuerzas en ti, por ti, para ti. 

Hermosa llama, enciéndete más, ilumínate más, expándete. 

Sé, lo que debes ser, solo Luz.

Respira atendiéndote, fortaleciéndote. 

Respira y presénciate. Estás aquí, hoy, en ti.

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