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Tu verdad es tu fuerza.

9 de Diciembre de 2017

Respira conscientemente, estableciendo contacto interno, haciéndote presente.

Dentro de lo que podría ser tu bondad, propicia cada uno de estos instantes de aliento propio, de serenidad, de confianza,

de establecerte ahí, donde estás, siendo lo que eres. Que cada respiro traduzca eso.

Percibe bien donde estás, lo que estás haciendo, cómo lo haces.

Intenciona este momento, piensa asimismo, en los seres que más quieres.

No así queriendo, pretendiendo que estén aquí, más bien que los sientas en ti, es ahí donde están, contigo.

Llévalos en ti, hacia ti. Es una sana forma de conectarlos con lo que eres, con lo que sientes. Con lo que quieres producir de aquí, en ti.

Cae en cuenta que estás produciendo un evento íntimo, muy íntimo.

Procura que no te haga ruido ningún pesar, más bien, si así lo necesitas, aférrate a lo que sería tu alegría, tu bienestar, tu aplomo.

Por supuesto que puedes lograr mayor ánimo.

Aquello que te favorece, lo que más te complace, conectarte a los que más amas, a lo que más amas. Sentirte bien, muy bien.

Han sido años de manifiesto consciente. Si me preguntas ¿esfuerzo? ¿Será esfuerzo? Y me cuesta.

Por eso quisiera que hoy tu ofrenda, sea tan propia, que parta de ti esa elaboración más consciente,

lo que te acerque a lo que crees estar logrando.

Te pregunto, ¿te crees tu logro? Y valdría que te colocaras en alguna exigencia propia también. Propia.

Y a partir de lo que sientes te exiges, te preguntes tú ¿te has cumplido? ¿Has sabido cumplirte?

Y no pienses en nadie. Háblate a ti, refiérete a ti.

Céntrate, dentro, en medio, de lo que te has establecido. ¿Cómo vas, cómo te encuentras? ¿Has sabido sumar, considerarte?

Asimismo, ¿has sabido manifestarte? en lo que pudiera ser tu ejercicio más íntimo también hacia aquellos que están ahí,

en tu compañía y que te acompañan.

¿Has querido estar, has sabido estar? ¿Te parece leve o extremo ese forcejeo de relacionarte?

¿A qué te dispondrías hoy? ¿Te encuentras vital o estás abatido? ¿Mantienes las ganas o te sientes rendido?

Haz balance, compénsate. Y haciendo un esfuerzo de amor propio, prométete algo: fortaleza.

¿No crees que es lo que más necesitamos? Fortaleza.

Entonces mira bien, revisa bien, desde donde te fortaleces.

Y te podría decir que lo hagas desde tu verdad, que aunque no lo creas, no lo sientas es lo más fuerte que existe en ti.

Tu verdad es tu fuerza.

Te preguntarás ¿qué entiendo por mi verdad? ¿Qué podría ser?

Y entiende bien, es todo lo que eres, lo que sabes eres. Incluso lo que no sabes.

Entonces te pregunto, ¿no sería importante saber toda la verdad que eres, que contienes?

¿Cómo, dónde, verías tu verdad? Y por supuesto que está. En todos tus flancos, en todos tus espacios, en todos tus decires,

tus pensamientos, en todas tus formas, en todas tus acciones. En tus pestañas. Tan cerca así, tan cerca…

Y cierto es, que sólo podrías verte tus pestañas, si tu reflejo es. ¿O cómo las ves ahora, por ejemplo? y ahí están.

Confírmalo. Así como debes confirmar, lo que tu verdad es. Afirmándote, aceptándote.

Om Namaha Shivaya

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