Respira profunda y serenamente. No apures ningún respiro, tómate tu tiempo.

Hazte en tu espacio interno y desde ahí respira.  Hazte en plena consciencia, visualizándote, concibiéndote en el momento y respirando libremente. Tan libre como sientes eres. ¿Lo serás? ¿Serás libre, estarás libre?

Respira.

Libre de pensamientos invasivos. Libre de emociones y sentimientos encontrados. Libre de tensiones,  preocupaciones. Libre de peticiones, exigencias. Libre de preguntas o respuestas. ¿Serás libre? 

Respira con toda la libertad que crees sentir. Respira consciente.

¿Serás libre de demandas y reclamos? Libre ante tu propio control. Todo eso que consideras o quieres considerar de ti. ¿Serás libre? Libre de tus ataques, tus frustraciones. Y aunque no lo seas, siente como respiras igual. Respiras igual. ¿Sabrás diferenciar?

Respiras como si nada.

¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa?

Y puedes abstraerte, ciertamente liberarte, si profundizas, si atiendes tu respiro, si sabes cómo lo produces, por qué y para qué.

Y no se trata de que te controles, al contrario, es liberar. Cuando respiras conscientemente, liberas.

¿Sabes qué?: lo que no se siente libre, lo que no se sabe libre, lo que no se respira libre.

Respira conscientemente. Respira con lo que entiendes es tu libertad, como entiendes es tu libertad, como sientes, como crees es tu libertad. Inhala lo justo, reten lo justo, exhala lo justo. Pruébate. ¿Necesitas menos o necesitas más?

¿Qué se va aquietando, qué se va alterando? En medio de este estado producido ¿qué crees ocurre? Y hay olvido, hay confusión, hay claridad, hay vacío. ¿Qué estado será, que nada se pronuncia realmente? Nada ocurre, no pasa nada.

A la pregunta ¿qué te pasa?, responde: no pasa nada. Y si te pasara, pretende una sola cosa: me pasa todo, pero todo pasa. Y el respiro cesa. De tan ínfimo, de tan consciente, de tan justo, cesa.

Imagina todo lo que está ocurriendo, en cualquier lugar, en cualquier parte, todo lo que invade, todo lo que asalta, todo lo que pasa. Y tú y tu respiro, y tu respiro en ti. Así como lo que nada pasa en tu no-respiro.

¿Qué pasa en tu no-respiro?                   

No pasa nada.                                            

Y entonces, ¿qué quisieras pasara? Respirando o no, ¿qué quisieras pasara? 

Que pase el Ser.                                     

 Ante la ignominia, que pase el Ser. 

Está pasando el Ser.         

Está siendo el Ser. 

Cuando experimentas al Ser, no hay nada, ni una palabra.

Ve retomándote, ve respirando, ve conectándote nuevamente en tu aquí y ahora. Desde tu alcance, con tu alcance, de lo mucho o poco que tu Ser guarda como libertad. Retoma eso. Restablécete aquí, respira profundo. 

Respira agradeciéndote siempre, prometiéndote y comprometiéndote a extremar tus intensiones, tus acciones, para lo que crees necesitarte. Respira consciente atendiendo el momento. Que cada respiro te acerque más, profundiza. Y si aún no lo sientes, trabaja más en tu anhelo de querer ser libre.

Respira.