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¿Qué contiene tu sustancia?

MEDITACIÓN CON SRI MATAJI SHAKTIANANDA

11 de octubre de 2017

Respira tu sustancia. Y te digo: no contiene marcas, no contiene estigmas, no contiene sellos, no registra dolor, no registra pesar, no registra abandono, no guarda oscuridad.

Respira con sutileza, tan sutil como te sientas, casi imperceptible.Tan íntimamente, tan propiamente, a tu ritmo, en tu espacio.

Ve depositando todo lo que eres ahí, donde estás. Disfruta ese respirar con calma, con determinación, con tu fuerza. ¿Tienes fuerza para respirar? ¿Te alcanza? ¿Respiras con fuerza o por el contrario, te sientes sin ellas? 

Observa, esa forma en que respiras. ¿Es tuya o algún otro factor la determina? ¿Conoces tu forma de respirarte? ¿La ubicas, la sientes, te satisface, te resulta cómoda? 

Es en serio, ¿conoces tu respiración? Obsérvate. Sitúate en ella, haz que seas tu respiración, instálate ahí. Hazte consciente, muy consciente. 

Pasa de respirar, a percibir tu aliento, tu sutil aliento. ¿Qué crees necesitas más, tu respiro o tu aliento? ¿Existiría alguna diferencia? Cuando respiras, te sientes vital, cuando te alientas, te sientes sustancial. Respira alentándote, combina eso. Combina tu vitalidad con tu sustancia y percíbela. Percibe tu sustancia viva, respira ahí, respira eso.

¿Cómo te percibes? ¿Vital, sustancial, presencial? 

No violentes tu ritmo, mantenlo, sostenlo, respira. Y permite que vaya quedando tu sustancia, que se presente, que la respires, que te aliente. ¿Qué existe ahí, quién habita ahí, quién respira ahí? ¿Qué contiene tu sustancia? ¿Qué es?.

¿Tiene forma tu sustancia? ¿La ves acaso? ¿Alcanzas a sentirla? … Y no podrías. 

¿Qué tiene, qué contiene? ¿Qué arrojaría una muestra de tu sustancia? Imagina eso. ¿Qué contendría? Respira tu sustancia. Y te digo: no contiene marcas, no contiene estigmas, no contiene sellos, no registra dolor, no registra pesar, no registra abandono, no guarda oscuridad.

Respira.

¿En qué forma preservas tu sustancia sabiendo eso? ¿Cómo la cuidas, cómo la entiendes, cómo la aceptas?

Haz un esfuerzo y permite que sea tu sustancia la que te respire, y si te es posible, ve suspendiendo lo que el mismo respiro es. Quédate así, solo con tu aliento. Suspéndete.         Ni tu voz, ni tu pensamiento, ni tu sentir, nada. Tu sola sustancia respirando tu aliento.       Tu aliento de vida. 

¿Qué crees está respirando tu sustancia? Y procura que no sea tu temor, tu duda. ¿Crees que tu sustancia tendría algo que decirte? Y entiéndelo bien: nada. Acéptalo bien: nada. Considéralo bien: nada.

Te pregunto entonces, ¿quién dice tanto, quién te atormenta tanto, quién te niega tanto, quién te persigue tanto, quién te exige tanto, quién te desama tanto, quién te culpa tanto?

Respira y tráete todo, sobre todo el aliento, presérvalo en ti, tu aliento. Respira en firme, con la certeza que estás, con la vida que tienes, con la presencia que tienes. 

Si te falta aliento, recóbralo. Recuerda que guardado está en tu sustancia.

Respira cada vez más profundamente, respira cada vez más atentamente, respira gratamente. Respira guardando el registro de la esencia que eres, la que nada te dice, la que todo te da. Respira considerando estar nuevamente. Respira asumiendo nuevamente tu presente, tu espacio, tu forma. Respira.

Promete algo: recordar siempre lo que tu esencia es. Prométete eso.

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