Ve generando tu momento, ahí donde estás, en tu espacio. Genéralo en este tiempo, que transcurre en ti, así como tú en él. Generamos y elegimos cada uno de nuestros momentos. Imagina cómo está concebido este momento en ti. Son momentos particulares, propiciados, no sé si esperados, pero valora cómo te has guardado para un momento así.

Entre tantos momentos, en medio de todo lo que vives. Y tendría que ser un momento único. Sabiendo todo lo que te recorre, tu respiro, tu aliento, tu pensamiento, y toda esa vertiente energética que eres.

¿Un momento de qué? ¿De encuentro, evasión, escape, refugio, consuelo, observación, manejo, reposo, contemplación, anuncio, estabilización, recorrido? Es un momento tan propio.

¿Podrías apreciarlo? ¿Podrías apreciarte en él? ¿Sabes apreciarte, sin mirarte, sin oírte, sin gesticular, sin pensar? ¿Sabrías apreciarte? Te preguntarás ¿qué estaría apreciando entonces?

Quizá lo que no conoces de ti. ¿Qué sería? Ese silencio, ese respiro mudo, esa quietud, toda tu profundidad, tu inmensidad, tu divinidad.

En la que no cabe temor, juego oculto. ¿Aprecias eso?¿Aprecias este estado, el que bien puedas conseguir?

Si llegaras a escuchar algún ruego, si llegaras a sentir alguna alteración, si te cuesta concebirte así, no prestes atención. Existe quien aún no aprecia nada, ni de ti, ni de nadie, ni de nada. Ojalá no seas tú.

Tendrías que apreciar tanto este momento, de una manera tan propia. Tanto, que aunque te pidan, te exijan, te demanden, seas capaz de preservarlo siempre para ti.

Si te llenaras de estos momentos… Y lo que serían lo momentos, se llenaran de ti. ¿Te imaginas? Así como eres, así como estás, así como quieres.

Aprecio el momento, respiro profundo, me encuentro de nuevo en el espacio que ocupo, en el tiempo que es, el presente que vivo, siendo quien soy.

Respiro profundo.