Textos Infinitos
Es tuyo este poema/Arturo Uslar Pietri
25 de Mayo de 2017
Siempre quise decirte
algunas cosas,
levantar unos signos con tu nombre,
ofrecerte
mi corazón de espuma,
de humo inatrapable,
de flores y cuchillos subterráneos,
ese desván de tiempo detenido;
de papeles
que para ti no guardan ningún significado;
de retratos oscuros,
de libros que entregaron
su rojo sortilegio,
de gris bisutería
que ya no engaña a nadie,
de todo lo que cabe
del pecho hacia la espalda.
Siempre quise gritar
clara y serenamente
tu lugar en el mundo
tu dimensión terrestre
tus cristales de luz
tu inagotable dádiva
tu quehacer junto al mío,
tus manos limpiando los rencores,
distrayendo la angustia,
llevándome la frente
hacia la luz y el día.
Siempre quise decirle
a la mañana que para mí creaste,
que no me han engañado
los azules,
ni los inquietos pájaros,
ni el perfume que escondiste
en las flores;
ni el niño que sonríe
desde un postigo antiguo
añorando la infancia que no tuvo,
ni este aire que respiro
como quien bebe vino.
Siempre quise decirle
a esta mañana,
y a las otras que vengan
y a las noches de música
y al lecho de las flores
y al farol del crepúsculo
y a todo lo que alcanzo con mis ojos,
con todos mis sentidos reunidos,
con todo lo aprendido
al paso de mi sangre
por los días y las horas,
por las calles ajenas
por las puertas abiertas
por las otras alcobas,
por la piel
y los besos
y el resorte
y el fuego.
Que es tuyo este poema
y que canto por ti
como si fuera mi última mañana
bajo este sol,
y que escucho los pájaros
a través del silencio,
y que tú destruiste
los bosques de rencor que me rodeaban,
la sombra en que habitaban
las arañas de mi infancia,
y que no me vuelvo
a contar mis heridas,
ni miro en el espejo
los autógrafos
con que el odio adornó mi camisa.
Se me antojó este poema de Arturo Uslar Pietri un día como hoy en el que nació: 16 de mayo. Dice su bio que fue abogado, periodista, escritor, productor de tv y político. Sí, fue todo eso y más, sobre todo un “amigo invisible”. Sabemos que hizo lo que pudo en todas estas áreas. Escribió mucho y de todo. Si se hubiese creído este formidable y revelador poema que se hizo a si mismo habría hecho y sido mucho más.
Este fue su último poema:
“Dios: tengo necesidad de hablarte, de gritar tu viejo nombre remoto, y de decirte las torpes palabras del hijo al padre, que todos han dicho, para pedir amparo y misericordia, ante la fría sombra que se avecina, ante la soledad y el miedo, ante la adivinada noche de la nada. Como si encendiera una lámpara para que el viento la apagara”.
Mataji Sahktiananda
Gracias Ma, esto no lo había leido. Hermoso. Me arrugo el corazón. No estuvimos ( nuestro País) a la par de este hombre adelantado a su tiempo. Fuimos sus amigos invisibles y sin embargo estábamos ciegos