RECORDAR LOS ACUERDOS
28 de Octubre de 2016
¿Crees que acordarse de algo es válido?
Eso de acordarse, que no recordar. Es distinto.
Podría preguntarte por ejemplo: ¿te acuerdas de algo que te haya dicho? ¿Te acuerdas?
También tú podrías preguntarme si me acuerdo de algo que me hayas dicho.
¿Y cómo se llamaría ese juego? ¿Tendría algún nombre?
¿Sabrías cuál es? ¿Habrías querido jugarlo?
Y por lo que he entendido,
no se trata de algo que muchos quisieran o quieren, digamos que aceptar.
Acordarse vendría ¿de qué? Quizá de algún acuerdo.
¿Tampoco te suena eso?
¿También serías capaz de desconocer eso?
Y lo que ocurre es que casi todos preferimos olvidar.
Más, cuando todo ese olvido
proviene de algún desacuerdo.
¿Vas entendiendo el juego?
Si me preguntas,
te podría decir con suma certeza,
que ante lo que mí recuerdo es,
me acuerdo de todo.
Porque sé de lo que se trata cada acuerdo.
Sabiendo bien lo que es un acuerdo.
Entendiendo bien, cómo se ajusta todo esto a la Ley.
Que no se espere nunca jamás,
que vaya a pronunciarme en desacuerdo con quien o quienes han decidido olvidar.
Hasta de eso me acuerdo. Estoy de acuerdo.
No podría ser de otra forma.
Porque quien obra bajo el Principio, ni aduce, ni irrespeta, ni contraría decisión alguna, de lo que el otro es.
¿Estamos de acuerdo?
Y no me dejes a mí la tarea de recordarte algo. No es mi tarea.
¿Estamos de acuerdo?
Por si no te acuerdas, Te Amo Siempre.
Mataji Shaktiananda
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