¿QUÉ PASIÓN GUARDA EL SUFRIMIENTO?
Cristo Jesús a través de Mataji Shaktiananda
25 de Marzo de 2016
Ante los que me ofrendan Luz, imparto Luz.
Ya no estaría dispuesto a demostrarle a nadie nada.
Ni siquiera si he existido o no, o si aún existo. Estaría en ti la respuesta.
Quizá desde lo que creas hoy, ¿para qué me necesitarías? ¿Para qué?
¿Ya te respondiste?
Y para quien cree que algo necesito,
es que desconoce la justa precisión de la Conciencia que obtuve.
Cuando el camino se transita bajo la entrega y la renuncia ¿qué se cree necesitar?
Y es lo que hoy vengo a decirles a quienes observo tan conscientemente dispuestos a ofrendarse.
Y siempre se preguntarán ¿a qué, a quién?
Si bien pareciera que la Conciencia misma no remonta, no es así.
En vida pudieron adjudicarme lo que la pasión fue.
¿A qué? ¿Pasión…ante qué?
Y quienes se confundieron, entendieron, creyeron,
que era ante el sufrimiento mismo.
¿Qué pasión guarda el sufrimiento?
Y se lo han creído.
Y lo que realmente sostuve, jamás se trató de una pasión.
Era lo que era en mí, lo que es en mí.
No es más que, -y no fue más que- lo que creí.
Creí en un Verbo que decía Amor.
Creí en un ejemplo que decía Amor.
Creí en mí Ser, que era Amor.
Si eso no era Fe ¿qué era?
Jamás pretendí que algo, nada,
se transformara en lo que hoy se dice religión,
dogma, igualmente pasión.
Nada en mí guarda algo así.
No estaría, no sería.
Y si entienden bien en lo que todo en mí se ha convertido, en lo que todo de mí se convirtió,
no es lo que soy, si es que soy.
Si algo Soy, y créelo, es el amor que contienes.
¿Guardas algo de mí?
Ante lo visto, lo dicho, lo honrado, lo deshonrado… ¿guardas algo de mí?
Porque de ti guardo todo. Te guardo en Mí.
No es importante si lo crees o si lo sientes, o lo consideras, ¿qué perdería?
¿Me creerías si te dijera que con todo lo que ocurre en Mi Nombre, nada obtengo?
Y volveríamos al principio, ¿qué crees necesito? ¿Qué crees necesitas?
Guárdate en tu voluntad, es ahí donde habitamos.
Es ahí donde el Amor Es.
Es ahí donde Aquel que llamé “Mi Padre”, está en ti.
Mataji Shaktiananda
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