NO DEBERÍAS CAMBIAR, SINO TRANSFORMARTE
8 de Abril de 2016
¿Sí has ido notando?
Es como si nos hubiésemos propuesto de verdad, aquello que debe ser.
Tendrías que distinguir que son transformaciones, que no cambios.
Generalmente los cambios se dan por razones externas.
Alguna circunstancia que te motiva, te lleva,
incluso te obliga a que cambies algo, cualquier cosa.
Pero hablar de transformación implica mucho más:
movilización interna,
hay más juego, entra la voluntad.
¿Estarías de acuerdo?
¿Podrías establecer en ti lo que ya te has propuesto
como algo más que un simple cambio?
Una real y profunda transformación. Eso es avanzar.
Por lo que aquí respecta,
nos hemos transformado,
después de tanto, a propósito de,
y porque hubo ese hermoso aviso
desde nuestras primigenias propuestas.
Se hablaba de la crisálida,
aquello que deja de ser una cosa para ser otra.
¿Con qué crees te estás conformando?
¿Has hecho consciente tu impulso real de transformación o atenúas situaciones,
relaciones, a través de pequeños cambios que en nada transformarán tu realidad?
Sobre todo esa que no te complace.
Tendrías que ejercitar mucho, empezando por la razón.
Convencerte internamente de la necesidad, de lo que te importa, de lo que quieres,
de cómo te ves, de cómo ya no quieres verte, de lo que has aceptado o no,
en lo que has cedido, en lo que te incomoda, en lo que ni habla ni dice de ti,
sabiendo tan hermosa y profundamente quién eres.
Ármate de valor, confía en ti, haz lo que tengas que hacer, y ámate mucho.
Mataji Shaktiananda
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