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UNA CELEBRACIÓN DEL SER

11 de Septiembre de 2015

Considera el momento. Considéralo
¿Tendrías alguna objeción?
¿Quisieras expresar algo?

Tal vez, al igual que tú,
me he preguntado tantas veces,
¿qué parte de nosotros, qué partícula, qué célula,
ha mantenido durante tanto tiempo
lo que creemos es un Manifiesto?
Y cuando digo Manifiesto,
igualmente me pregunto, ¿de qué?

¿Quién quiso manifestarse a través de lo que somos?
¿Quién?
Y ten por seguro
que siempre hemos sido nosotros mismos.
¿Sabes cuándo? ¿Sabes por qué?
Al sentirnos solos.
Hace tanto tiempo ya…

Valdría preguntarse hoy si mantienes esa misma sensación. ¿Crees estar solo?
Y lejos de lo que podría haberse interpretado como una forma religiosa
de experimentar el Manifiesto, una incapacidad de discernir que podría generar un dogmatismo,
una forma de apego que nos llevó a reunirnos nuevamente; lejos de todo eso,
lo que realmente pasó, existe, es que ya sin sentirnos solos,
con una profunda capacidad de discernir lo que Es,
con una tremenda Voluntad de experimentar un Manifiesto Gozoso,
nos hemos atrevido a restablecer, a restaurar e igualmente a manifestarnos,
en lo que lejos también de ser una creencia, es una celebración íntima con el Ser.

No sé hasta y desde qué punto
podrías aceptar eso en ti, si lo has reconocido.
O si por el contrario,
todavía lates en cierta insatisfacción
y te asimilas de una manera obligante, resistida,
desconfiando, falsamente comprometida.

Y mira que nos hemos mirado…
¡a ver qué tanto hemos entendido
esto que pareciera nuestra verdad!
¿Cuál verdad? ¿Cuál es tu verdad? ¿Crees tenerla?
¿La verdad de quién, ante quién?
¿Cuál verdad?

Y si no sientes que lo que pareciera ser tu verdad,
así con ese profundo sentido de pertenencia -que no sería, ¿a quién le pertenece qué?-,
entonces no sería ni creencia, ni pertenencia, ni verdad.

Mantente como bien quieras en esta comunión y descifra lo que significa para ti, hoy, aquí,
en donde estamos celebrando,
casi que un ejercicio de memoria, desde la que todavía nos alimentamos,
sabiendo que hubo un principio, propio y real, ante lo que fue esta tarea del Ser.

Om Namaha Shivaya

Mataji Shaktiananda

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