LA GRACIA DE MANIFESTARSE
20 de Marzo de 2015
Hemos estado pensando mucho, sintiendo más, organizándonos bastante, y como siempre, expuestos demasiado.
Haciendo precisamente lo que nos dicen o lo que nos decimos.
También lo que se quiere y lo que queremos, y lo que hemos podido.
Y dirás ante todo esto: ¿siendo qué? ¿siendo quiénes?
Y nos dijeron: Orden, Escuela,
hasta esto que ves, en donde estás.
Y te preguntarás tú también: ¿haciendo qué?
¿siendo cómo?
Ayúdanos.
Y dirás: ¿por qué? ¿cómo?
Precisamente porque estás aquí, contigo,
con nosotros, haciendo esto.
Y nos preguntaremos juntos: ¿haciendo qué? ¿qué crees?
Haz en este preciso momento una introspección
y pregúntate qué estás haciendo.
Y sin duda, de lo que se trata, es de un Manifiesto.
Entiende bien: el hombre, por facultad,
tiene la Gracia de manifestarse, aunque no lo sepa.
Es una Gracia y hay quien lo sabe y busca la forma,
su forma, de manifestarse.
Y haz también en este momento otra introspección y revisa cuántas formas de manifestarse conoces… ¡tantísimas!
Y no es cuestión de decir hoy, ahora, cuáles y cómo son.
O si nos resultan agradables o no, útiles o inútiles, superficiales o profundas, débiles o poderosas.
Se trata de nuestras formas, y estando aquí, sintiéndonos aquí, nos estamos pronunciando en un Manifiesto por demás propio. Deberías tomarlo así, más que estar tratando de interpretarnos. ¿Por qué no te interpretas a ti?
Desde el momento mismo en que decides asistir, o formar parte de un Manifiesto, porque es simplemente lo que somos, y como se nos ha señalado, dicho y hasta celebrado: espontáneo y puro.
No habría aquí demasiado que adivinar, tampoco suponer, menos sospechar. Somos lo que ves.
Por Gracia, alguien nos construyó, nos brindó un espacio para manifestarnos.
Y dentro de lo que traíamos, nos dimos a la tarea de recordar, recapitular, recoger, todo aquello que nos hacía sentir…
escucha bien: bien, ¡muy bien!, sentir plenitud, confianza, devoción, certeza.
Y lo que nos parecía más importante,
una ayuda inmedible para saber quiénes éramos,
conocernos pues, aprender de nosotros.
Y sabiendo quiénes éramos, lo más seguro era
que nos atreviéramos a amarnos.
Y en función a eso, agruparnos,
reconocernos, estimularnos.
Esto, como todo,
es un espiral que va accionando,
a razón de lo que produce y recibe.
Y se amplía, y se recoge y se eleva,
ante los principios físicos que existen.
¿O crees que estás simplemente aquí gravitando
y generando algo que se va… hacia dónde?
Creería que, con lo dicho, no alcanzarías todavía
a saber lo que finalmente somos. Nosotros tampoco.
Pero algo sí puedo asegurarte:
estamos en un hermoso juego,
en el que nos conectamos con el Ser que somos.
Y en medio de todo, nos sentimos despiertos,
vivos y profundamente correspondidos
ante la Fuerza de Luz accionada.
Míranos, mírate entonces, desde la simpleza que deberías.
Amar es simple, es muy simple.
Y si algo quieres concluir, entiende tan sólo que somos simplemente quienes han decidido amarse más.
No repares ni en formas ni en modelos, ni en rituales ni expresiones,
ni en contenidos que tal vez aún no sientes que te corresponden.
Corresponde sólo al Amor que Es.
Mataji Shaktiananda
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