Cuando se acaba algo, cualquier cosa, termina siendo mejor cuando tú decides; cuando alguna razón, algún sentimiento, valen también las intenciones, te llevan a tomar una decisión para que finalmente concluyas algo. Y digo que te resulta mejor porque si eres, en cierta forma, responsable, sincero y atento a ti, te diste a la tarea de analizar, estudiar toda la situación, las circunstancias, favorables, desfavorables, y decidiste.

Y uno se pregunta:
¿qué se acaba?, ¿qué termina?,
¿qué finaliza?, ¿qué se cierra?,
¿qué se deja?, ¿qué se pierde o qué se gana?

¡Y existe tanto…!

Desde la Verdad existe tanto…
porque desde la mentira no existe nada,
más cuando existía un fundamento, una base, un principio, una realidad: el Amor.

El Amor, el Amor que Es.

Hoy resultaría tan cierto si nos atreviésemos a vernos y a decirnos:
“he decidido por el Amor, porque eso estoy siendo y eso quiero ser, todo lo que eso Es”.

Así que piensa, cuántas veces has decidido desde tu Verdad y por tu Verdad, desde el Amor y por tu Amor.
Y si por alguna razón crees que algo no ha terminado bien, hazte un favor:

clama porque desde tu Amor, puedas cerrar, puedas culminar, lo que desde ti se ha acabado.