NACÍ PARA ESTO, NACIMOS PARA SER
12 de Septiembre de 2014
Me gustaría quedarme así, permanecer quizás en un estado introspectivo
para darte la oportunidad de que descanses de ti, de mí.
Pero existe en nosotros algo recurrente que nos hace sentir, una y otra vez,
la necesidad de estar presente diciendo algo, sintiendo algo.
Capaz que no es lo que me pides pero quisiera recordarte que desde siempre nos dijeron “nada será fácil”
y quizás, para no atemorizarnos en ese momento, decidimos creer poco, además porque de manera entusiasta,
inspirados, nos atrevimos a decir parafraseando aquel “nacimos para esto”,
creyendo saber que realmente se nació para esto.
para darte la oportunidad de que descanses de ti, de mí.
Pero existe en nosotros algo recurrente que nos hace sentir, una y otra vez,
la necesidad de estar presente diciendo algo, sintiendo algo.
Capaz que no es lo que me pides pero quisiera recordarte que desde siempre nos dijeron “nada será fácil”
y quizás, para no atemorizarnos en ese momento, decidimos creer poco, además porque de manera entusiasta,
inspirados, nos atrevimos a decir parafraseando aquel “nacimos para esto”,
creyendo saber que realmente se nació para esto.
¿Qué es esto? ¿Qué es para ti?
¿Qué es para mí?
¿Qué es?
Reflexiona un rato,
y quizás resumimos demasiado pronto
lo que creíamos era, una frase
que aprendiste a decir sin sentir:
“Nacimos para Ser”.
Y es que es así, y si no,
¿para qué se nace?
¿Para qué se nace tanto?
¿Y por qué se muere tanto también?
No es fácil. No es fácil organizarse, ordenarse,
disciplinarse, entregarse, renunciar.
Tampoco es sencillo, ni tarea fácil,
preservarse.
¿Qué es para mí?
¿Qué es?
Reflexiona un rato,
y quizás resumimos demasiado pronto
lo que creíamos era, una frase
que aprendiste a decir sin sentir:
“Nacimos para Ser”.
Y es que es así, y si no,
¿para qué se nace?
¿Para qué se nace tanto?
¿Y por qué se muere tanto también?
No es fácil. No es fácil organizarse, ordenarse,
disciplinarse, entregarse, renunciar.
Tampoco es sencillo, ni tarea fácil,
preservarse.
Se complican las intensiones que siempre están,
se deshacen promesas propias y,
lo que resulta un tanto mas crudo,
te descubres y sabes que no tienes tanto valor;
que eres capaz de lo que no te creías capaz
en distintos aspectos, y empieza entonces
una resistencia mayor, sobre todo te resistes
a creer que eres así como te has descubierto,
y en vez de redoblar tus esfuerzos para ti,
los quiebras.
Y tu forma de lamentarte no guarda relación
con nada ni nadie, podrías en algún momento
responsabilizar a otro y mira,
escucha bien esto:
cuando existe una relación así
hay que cubrirse de responsabilidades.
se deshacen promesas propias y,
lo que resulta un tanto mas crudo,
te descubres y sabes que no tienes tanto valor;
que eres capaz de lo que no te creías capaz
en distintos aspectos, y empieza entonces
una resistencia mayor, sobre todo te resistes
a creer que eres así como te has descubierto,
y en vez de redoblar tus esfuerzos para ti,
los quiebras.
Y tu forma de lamentarte no guarda relación
con nada ni nadie, podrías en algún momento
responsabilizar a otro y mira,
escucha bien esto:
cuando existe una relación así
hay que cubrirse de responsabilidades.
Atiende bien, mira bien, ¿dónde estoy? ¿Haciendo qué?
De allí la consigna tenaz “hay que seguir siempre”, ¿sabes por qué?
Porque cuando unos van, otros vienen buscando básicamente lo mismo, su Ser.
Y me corresponde llevarlo hasta sí mismo y encontrar lo que existe, lo que es.
Y me corresponde hacer señalamientos, establecer parámetros, modular, referir directrices,
contar, relatar, exponer y, digámoslo así, errores, fallas, resentimiento, resquemores, vacío,
ignorancia, disgusto, obsesión, vicios, desconfianza.
Me dirás: ¿por qué? O, ¿para qué? ¿De quién crees que aprendemos?
Y me dirás, quizás en una muestra desgarrada de rencor, rabia:
¿y es que acaso tú no fallas? Y te diré: precisamente en ti, ¿te parece poco error?
Déjame seguir entonces con mis errores, superarlos y, como siempre, porque es así,
existe algo que tal vez clave es:
Quien se sabe en amor es amor.
Quien crea amor es amor.
Quien recibe amor da amor.
Quien se atiende, quien cree es amor.
Y lo que queda, pero lo mejor, y lo que queda de amor es más,
porque me he prometido que jamás me abandonaré.
Nací para esto.
De allí la consigna tenaz “hay que seguir siempre”, ¿sabes por qué?
Porque cuando unos van, otros vienen buscando básicamente lo mismo, su Ser.
Y me corresponde llevarlo hasta sí mismo y encontrar lo que existe, lo que es.
Y me corresponde hacer señalamientos, establecer parámetros, modular, referir directrices,
contar, relatar, exponer y, digámoslo así, errores, fallas, resentimiento, resquemores, vacío,
ignorancia, disgusto, obsesión, vicios, desconfianza.
Me dirás: ¿por qué? O, ¿para qué? ¿De quién crees que aprendemos?
Y me dirás, quizás en una muestra desgarrada de rencor, rabia:
¿y es que acaso tú no fallas? Y te diré: precisamente en ti, ¿te parece poco error?
Déjame seguir entonces con mis errores, superarlos y, como siempre, porque es así,
existe algo que tal vez clave es:
Quien se sabe en amor es amor.
Quien crea amor es amor.
Quien recibe amor da amor.
Quien se atiende, quien cree es amor.
Y lo que queda, pero lo mejor, y lo que queda de amor es más,
porque me he prometido que jamás me abandonaré.
Nací para esto.
Om Namaha Shivaya
Mataji Shaktiananda
0 comentarios