UNA VERDAD A LA QUE LE TEMES
4 de Abril de 2014
Vamos a ver,
A quién crees podrías reclamarle lo que no contienes, responsabilizarlo, culparlo de todos tus olvidos.
¿Quién crees que eres, además, para que si se te precipitan los recuerdos cargar contra alguien?
¿Quién crees eres?
Y te lo he dicho, hemos estado tanto tiempo aquí, viviendo, experimentando, atreviéndonos.
Y no te atreves a prescindir de ese extraño sentimiento de negación y duda ante lo que eres.
Ciertamente, todo esto empieza y termina siendo un juego complejo.
¿Cómo podríamos mediar entre todas las realidades? Todas, aquellas, cada una.
¿Qué termina siendo verdad?
¿Quién nos ha permitido?
¿Quién armó, organizó, estructuró todo?
¿Cuántas mentes hemos tenido que incorporar para,
por lo menos, intentar darle sentido a todo esto?
A quién crees podrías reclamarle lo que no contienes, responsabilizarlo, culparlo de todos tus olvidos.
¿Quién crees que eres, además, para que si se te precipitan los recuerdos cargar contra alguien?
¿Quién crees eres?
Y te lo he dicho, hemos estado tanto tiempo aquí, viviendo, experimentando, atreviéndonos.
Y no te atreves a prescindir de ese extraño sentimiento de negación y duda ante lo que eres.
Ciertamente, todo esto empieza y termina siendo un juego complejo.
¿Cómo podríamos mediar entre todas las realidades? Todas, aquellas, cada una.
¿Qué termina siendo verdad?
¿Quién nos ha permitido?
¿Quién armó, organizó, estructuró todo?
¿Cuántas mentes hemos tenido que incorporar para,
por lo menos, intentar darle sentido a todo esto?
Y, ciertamente, parecería demasiado.
Te invito que respires.
Y el punto sería cómo que te atrevas hoy
a resumir todo esto en ti.
Eso, a contenerte, a tratar de figurar,
transitar, al menos vivir pues.
Y nos ha valido más extender esos reclamos.
Somos los menos quienes hemos decidido
afrontar todo esto, con algún que otro principio
que alguna vez surgió para lo que sabíamos venía;
sabiendo, también,
que aquí estaríamos una y otra vez.
Podrías argumentar, como salida fácil, cansancio,
ese no querer más nada
ni de ti, ni de nadie, de nada.
Pero en estos tiempos, sin que tal vez lo supiéramos,
existen otros requerimientos fijados por ti.
Te invito que respires.
Y el punto sería cómo que te atrevas hoy
a resumir todo esto en ti.
Eso, a contenerte, a tratar de figurar,
transitar, al menos vivir pues.
Y nos ha valido más extender esos reclamos.
Somos los menos quienes hemos decidido
afrontar todo esto, con algún que otro principio
que alguna vez surgió para lo que sabíamos venía;
sabiendo, también,
que aquí estaríamos una y otra vez.
Podrías argumentar, como salida fácil, cansancio,
ese no querer más nada
ni de ti, ni de nadie, de nada.
Pero en estos tiempos, sin que tal vez lo supiéramos,
existen otros requerimientos fijados por ti.
Y la pregunta es: ¿cómo los cumplo?,
¿cómo los alcanzo?
Y algunos dirán: ¿Cómo continúo?
Y, como siempre también te he dicho,
¿vas a convertir todo eso en un misterio,
en algo no sabido, no entendido, no reconocido?
Y ya no es posible, ya existe una data que te da cuenta
y que está, por demás, accesible.
¿Vas entendiendo?
Otra pregunta sería:
Si todo es así, si soy así, ¿por qué me resisto?
¿En qué momento decidí imposibilitarme para seguir,
para sentirme con la capacidad de seguir produciendo
y reproduciendo en mí lo que sé es?
Respira nuevamente.
¿cómo los alcanzo?
Y algunos dirán: ¿Cómo continúo?
Y, como siempre también te he dicho,
¿vas a convertir todo eso en un misterio,
en algo no sabido, no entendido, no reconocido?
Y ya no es posible, ya existe una data que te da cuenta
y que está, por demás, accesible.
¿Vas entendiendo?
Otra pregunta sería:
Si todo es así, si soy así, ¿por qué me resisto?
¿En qué momento decidí imposibilitarme para seguir,
para sentirme con la capacidad de seguir produciendo
y reproduciendo en mí lo que sé es?
Respira nuevamente.
Y quién te ha dicho que cada vez lo hemos hecho bien, que hemos sabido saber, que hemos hecho.
Lo que más ha influido, es una variable por demás constante: el tiempo.
¿Y quién te lo explica?
Quién podría hacerte entender de lo que se trata, si existe realmente o no y cómo hemos tenido que actuar en él.
Disculpa que me extienda, pero es que se trata de un tema de esos que te descoloca, te desubica, te descontrola y,
por decir lo menos, te inquieta. Y si me atrevo a decirte, lo que más: temes.
Pero hoy, ahora, que estamos así, aquí, sabemos ya, sabemos bien que dentro de todas estas claves hay una verdad justa y eterna: No somos nada.
Lo que más ha influido, es una variable por demás constante: el tiempo.
¿Y quién te lo explica?
Quién podría hacerte entender de lo que se trata, si existe realmente o no y cómo hemos tenido que actuar en él.
Disculpa que me extienda, pero es que se trata de un tema de esos que te descoloca, te desubica, te descontrola y,
por decir lo menos, te inquieta. Y si me atrevo a decirte, lo que más: temes.
Pero hoy, ahora, que estamos así, aquí, sabemos ya, sabemos bien que dentro de todas estas claves hay una verdad justa y eterna: No somos nada.
Respira
Respira de nuevo,
porque esa es la verdad a la que le temes.
Y te digo más, le temes porque no has aprendido, no has querido, no te has atrevido a saber
y a aceptar que estás en un sistema en el que, de cierta forma, eres real y literalmente todo.
Eso te asusta más.
Respira pues.
Y haz utilidad de tu mente y permite que esa idea que alguna vez fuiste,
eres y serás es la mejor idea que ha existido jamás en los universos conscientes.
Y que como idea fuiste creado y naciste desde el Amor.
Y que jamás te parezca poco.
Om Namaha Shivaya
Mataji Shaktiananda
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