Si estás tratando de ganar libertades, mira bien cuáles.
Puedes observarme y creer que libre estoy.
Y, en cierta forma, no.
Sigo respondiendo a un principio, incluso kármico,
que debo asumir, que debo enfrentar,
que debo realizar y, tal vez después, algún después,
pueda seguir respondiendo a lo que la libertad es.
No deberías engañarte, revisa bien, ante qué y ante quiénes eres libre hoy.
Hazlo.
No es precisamente por aquí, por estos predios,
en los que nos podemos ufanar de ser libres.
Como te digo, mira bien a cuánto respondes, casi que de forma obligante,
y hay veces que ni siquiera ves ni sientes un asomo de querer escapar,
no sabes de qué.

Ahora bien, tienes que saber también cómo te expones.
Y lo primero que deberías ver es qué tan expuesto estás ante ti,
qué tanto sabes de tu propia libertad, qué tanto quieres como libertad.
Y no creas que te hablo de que nos encontramos en algún tipo de condena
o que estamos pagando algún encarcelamiento.

Pero es que esta Tierra atrapa, estas formas atrapan, estas ilusiones confunden,
estos escenarios plagados de seres claman
y, a veces, no sabemos qué, ni ellos mismos saben.
Por lo que creo es mejor que hagas un esfuerzo muy profundo,
muy personal, muy propio, muy íntimo, muy en silencio,
para que puedas mediar por tu libertad, sabiéndote ya constante, valeroso,
inquebrantable, si es posible reconocido.Lo que queda después:
exigirte tu verdad, alcanzar tu logro
y, en alguna otra instancia, ser más libre.
Porque así vamos, así es.
No lo tomes como una mala noticia, es la verdad:
La libertad está fuera de aquí.