HAY QUE RENDIRSE EN GRATITUD
13 de Diciembre de 2013
Hay que rendirse en gratitud.
Y si no sabes, aprende.
¿Qué podrías entender por rendirte?
Y es cuando, desde ninguna parte de ti, existe una exigencia, ni siquiera para ti.
Agotas toda resistencia y eres capaz de quedarte así, casi que en un éxtasis de aceptación,
sumisión y entera confianza hacia ti.
Y la gratitud, por lo demás, es cuando ya sientes que detrás de algún merecimiento,
alguna voluntad mayor y hasta una petición, te ha sido dada, está dada, has obtenido.
Y si no sabes, aprende.
¿Qué podrías entender por rendirte?
Y es cuando, desde ninguna parte de ti, existe una exigencia, ni siquiera para ti.
Agotas toda resistencia y eres capaz de quedarte así, casi que en un éxtasis de aceptación,
sumisión y entera confianza hacia ti.
Y la gratitud, por lo demás, es cuando ya sientes que detrás de algún merecimiento,
alguna voluntad mayor y hasta una petición, te ha sido dada, está dada, has obtenido.
Y, ante esa gratificación
muy interna,
muy propia,
puedes entonces extender ese sentimiento,
porque lo es.
Y sentir que,
desde tu Gracia,
se te ha dado.
Y eso tiene que llevarte
a sentirte bien contigo mismo.
muy interna,
muy propia,
puedes entonces extender ese sentimiento,
porque lo es.
Y sentir que,
desde tu Gracia,
se te ha dado.
Y eso tiene que llevarte
a sentirte bien contigo mismo.
Después de rendirte en gratitud,
quedaría un paso más,
una acción más.
Y no todo el mundo
se siente preparado.
Después de atravesar ese éxtasis,
si lo quieres ver,
de benevolencia, de recibimiento,
te queda hacer por el otro.
Es lo que llamamos servir.
quedaría un paso más,
una acción más.
Y no todo el mundo
se siente preparado.
Después de atravesar ese éxtasis,
si lo quieres ver,
de benevolencia, de recibimiento,
te queda hacer por el otro.
Es lo que llamamos servir.
Después de rendirte en gratitud, quedaría un paso más, una acción más.
Y no todo el mundo se siente preparado.
Después de atravesar ese éxtasis, si lo quieres ver, de benevolencia, de recibimiento,
te queda hacer por el otro. Es lo que llamamos servir.
Es la forma de seguir la gratitud. No hay otra.
Ni siquiera podrías inventar otra, no hay otra forma.
Es así que quien llega a sentir, no duda primero en permitirse esa entrega y luego servir.
Ante eso, ahí, no cruza, no atraviesa, no pasa mayor pensamiento,
no media ninguna razón ni siquiera motivo, ni siquiera el atrevimiento de esperar algo,
porque ya, si esperabas, todo se dio.
¿Entiendes bien?
No tendrías nada que esperar. Nada. Y pocos llegan ahí.
Es cuestión de deslastrarse de tanto vicio humano.
Una vez que llegues ahí, ya verás, ya sentirás, ya sabrás dónde estás y quién eres.
Mientras, ve adelantando aceleradamente todos esos pasos para que, aunque sea por cansancio, puedas rendirte.
Y cuando así te sientas, puedas expresar y saber lo gratificante que es saber que no existe nada ya que quieras,
que esperes, que pretendas de algo o de alguien.
Y no todo el mundo se siente preparado.
Después de atravesar ese éxtasis, si lo quieres ver, de benevolencia, de recibimiento,
te queda hacer por el otro. Es lo que llamamos servir.
Es la forma de seguir la gratitud. No hay otra.
Ni siquiera podrías inventar otra, no hay otra forma.
Es así que quien llega a sentir, no duda primero en permitirse esa entrega y luego servir.
Ante eso, ahí, no cruza, no atraviesa, no pasa mayor pensamiento,
no media ninguna razón ni siquiera motivo, ni siquiera el atrevimiento de esperar algo,
porque ya, si esperabas, todo se dio.
¿Entiendes bien?
No tendrías nada que esperar. Nada. Y pocos llegan ahí.
Es cuestión de deslastrarse de tanto vicio humano.
Una vez que llegues ahí, ya verás, ya sentirás, ya sabrás dónde estás y quién eres.
Mientras, ve adelantando aceleradamente todos esos pasos para que, aunque sea por cansancio, puedas rendirte.
Y cuando así te sientas, puedas expresar y saber lo gratificante que es saber que no existe nada ya que quieras,
que esperes, que pretendas de algo o de alguien.
Om Namaha Shivaya
Mataji Shaktiananda
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