DUYT. DIARIO URGENTE Y TARDÍO.
6 de abril de 2016
“Es superficial entender el diario como un simple receptáculo de los pensamientos secretos, privados de alguien- como un confidente que es sordo, mudo y analfabeto. En el diario no sólo me expreso de manera más abierta de lo que podría ante cualquier otra persona; me creo a mi misma.” Susan Sontag.
Día 1
Un diario de vida. Vacío de pasado, lleno de presente. A la vez, un continuum coherente. Sí, por favor, es lo menos que nos corresponde, por lo que somos. Cuerpo y alma presente dentro de un sistema que nos contiene, es decir, algo vasto e irreductible siendo un ápice vital que transita, que viene y va.
Un diario. Un día-a-día que pulsa y palpita sin ansiedad. Pero en el ejercicio, la diligencia de vivir se hace urgente. A estos efectos, lo que implica el recuento de la tarea de ejercer la vida, la que transcurrió, la que ya fue ¿pasado? pareciera tardía, tanto como la urgencia misma de retenerla. Cuentagotas dentro de un tiempo que registra, que acumula y todo cuenta.
Se trata entonces de un diario -vivir- cuando la cuenta -diaria- empieza siempre desde algún lugar, en cualquier tiempo. Y es la noche tardía, por lo demás, cuando la operación -indefectiblemente- es una suma de horas. Inevitable pasado. Todo ya fue. Fue hoy. Aunque Cerati insistió: “siempre es hoy”. Aunque no lo cuentes, ni creas que nada de lo que ocurrió sea contable: Hazte tu día siempre porque la noche llega, la noche se hace sola.
Om Namaha Shivaya
Mataji Shaktiananda

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